C28 Capítulo 28

A las cinco de la tarde del día seguiente me encuentro enfrente a la puerta de los padres de Brais.

- ¿A donde vamos mamá?

- Cariño, aquí viven tus abuelos.

- ¿Mis abuelos? - y mi niña que es muy lista igual que sus padres- ¿Mi papá también vive aquí?

- ¿Tu quieres saber que es tu papá?

Mi niña sonríe y asiente me aprieta fuerte la mano y empezamos a caminar, ella va saltando y antes de ni siquiera tocar, Brais abre la puerta.

Nos quedamos paralizadas.

- Bienvenidas.

Mi pequeña me mira y se agarra a mi pierna.

Me Agacho a su altura.

- ¿Qué pasa pequeña?

- Este es el hombre que estaba ayer en el parque. - yo asiento - ¿Él es mi papa?

Miro a Brais, y vuelvo a mirar a mi pequeña.

- Así es pequeña.

- Pero este hombre te pone enfadada y triste.

- Porque dices eso.

- En la boda de tío Mathi estabas enfadada, y cuando se fue del parque triste.

- Pequeña mírame a los ojos. - ella lo hace - tu papá, te quiere y siempre ha soñado con tener una pequeña tan lista como lo eres tú, entramos aunque sea un ratito y si no te encuentras cómoda nos vamos y ya quedamos otro día con ellos.

Ella sonríe y asiente.

Brais se agacha a su mismo nivel y le mira.

Mi pequeña lo abraza.

- Luana, cuanto tiempo sin verte. - dice Verónica, yo le sonrío. - Cuando me dijo Avril que te vio y que tenías una pequeña no me imagine que fuera mi nieta.

- Siento habersela ocultado.

Entramos al salón, en donde se encuentra Uxía, con Avril. Brayana me da la mano y se sienta a mi lado.

Avril le trae juguetes pero ella se niega a jugar.

- Cuéntame Luana, como te ha ido estos tres años.

- Pues muy bien, el primer año en Londres un poco caótico, me entere de mi embarazo allí y ya iba bastante avanzado, al principio no encontré piso y entre una cosa y otra no estuve pendiente a mis cambios, y ya cuando conseguí una casa, me entere del embarazo, entonces la pequeña Brayana decidió nacer antes de tiempo, pero gracias a dios nació sana y cuando ya nos la llevamos a casa papá y Mathi me ayudaron, y cuando volvieron contrate una niñera, y entre el trabajo y estudio, conseguí salir a delante, y tengo mi carrera.

- Me alegro. - dice Verónica. - ¿Quieres una galleta?

- No puede es alérgica al huevo.

Mi teléfono suena, miro el identificador de llamadas Mathew.

- Me disculpan. - Me alejo de ellos - Ola demonio. ¿Qué pasó a noche?

- Diablilla ese tío es el dueño y me hecho del local.

- ¿El dueño?

- Así es, dicen que me salte una norma, nunca me dijeron cual y me hecharon fuera. Pero quisiera verte, y hacerte disfrutar.

- ¿Esta noche?

- Te vienes a mi hotel y lo pasamos bien.

- Vale, pásame ubicación y si consigo dejar a la pequeña voy, no te prometo nada.

- Lo pasaremos bien diablilla.

- Lo sé contigo siempre me lo paso bien.

Sonrío y cuelgo el teléfono. Al darme la vuelta Brais esta parado detrás mía.

- No vas a ir.

- ¿Qué dices?

- Si quieres sexo yo te lo puedo proporcionar pero no te vas a acostar con otro.

Doy una carcajada, este tío que se cree.

Achino mis ojos.

- No te debo explicaciones.

- Lu..

- Brais..

- Tenemos que hablar y te invito a cenar.

- ¿Eres el dueño del local?

Él asiente, pero no nos da tiempo a hablar más, Brayana viene corriendo y sé abraza a mi pierna.

- ¿Qué pasa pequeña?

Volvemos al salón y ahora además de Uxía, Avril y Verónica también está esa chica, la reconozco la tal Mirella.

Miro a Brais, el muy capullo me quiere prohibir tener sexo con otros pero aquí tiene el a su amiga.

Verónica discute con Mirella y se que le dijo algo a mi pequeña.

Entonces Avril abre su caja de juguetes, veo ese unicornio que le regalamos en nuestras primeras navidades y mi pequeña que aunque no lleve el apellido Ermida, es más Ermida que Merino vuela al lado de Avril a jugar con el unicornio.

- Es una Ermida sin duda. - dice Verónica orgullosa.

- Lo es, y lo demuestra a diario. ¿Había alguna duda de eso? Porque además de que mi pequeña es la fotocopia de su padre si hacen las cuentas estaba con Brais, mi pequeña nació el 12 de Agosto me faltaba poco más de un mes para salir de cuentas.

- Tu que quieres recuperar a Brais y traes a esa niña. - suelta Mirella.

- Brais, ya te lo dije, mi hija no necesita un padre.

Me levanto del sillón empiezo a recoger mis cosas y aviso a Brayana que nos vamos.

- Para, para. - Dice Brais.

Mi pequeña me mira con el unicornio en la mano.

- Me voy antes de que sigan faltando al respecto. A la familia Ermida les diré si quieren ver a mi hija, serán bienvenidos pero en mi casa. Lo siento Brais si me vas a volver a amenazar con la custodia vuelvo a desaparecer.

Miro a mi pequeña que sigue con el unicornio en la mano.

- Devuelve el unicornio a Avril.

- No, que se lo lleve, la próxima vez que la vea me lo devuelve.

Mi pequeña sonríe y abraza a Avril, ya se la ha ganado.

- Lu, y yo podré ir a ver a mi sobrina. - me pregunta Uxía.

- Si no llevas malas compañías siempre que quieras.

Brais nos acompaña hasta el coche.

- ¿Lo haces por joder verdad?

Brais arquea una ceja un sonríe.

¡Maldito Brais!

Y Maldito universo dentro de mi estómago.

- Aún te pones celosa.

- Te hace gracia que esa mujer diga algo a mi hija.

- Nuestra hija. Esa niña que tuviste a mis espaldas pero aun asi pusiste el nombre que yo había elegido.

Miro la puerta de su casa y veo como esa tal Mirella sale y se queda mirando mientras hablamos. Y mi parte descarada sale.

Meto a mi pequeña en el coche la amarro.

Cierro su puerta.

Me agarro Al cuello de Brais y lo tiro a mi boca le beso, es un beso tan eroticos que hasta mojo mi tanga.

- Adiós Brais.

Me meto en mi coche y lo dejo mirando pasmado mientras me voy.

Y como me quedo más caliente que un horno hablo con mi padre para que se quede con Brayana y quedo con Mathew.

Vuelvo a mi piso me pongo un tanga que se que a Mathew le encanta un vestido ceñido a mi cuerpo que resalta mi talla de pecho más aún, unos tacones rojos, me maquillo, pinto mis labios de rojo. Y cuando voy a salir por la puerta.

- Brais.