C29 Capítulo 29

Brais me mira de arriba a abajo, su mirada para en mis pechos, se sacude la cabeza. Se muerde los labios, y joder que como me pone eso.

Estoy caliente y eso es culpa de Brais.

Anoche solo lo hicimos una vez, y recordé esa sensación que era estar con él, y necesito más, con una sola vez no me vale.

Me ataca, me besa con posesión, entramos en casa a tropicones.

- ¿Estas sola?

Asiento, asiento porque no puedo hablar, mi boca se ha secado, por el calor que me produce solamente besarlo, y me digo mentalmente una vez más solamente. Me levanto el vestido, después de haberle bajado el pantalón y el bóxer a Brais, y lanzarlo al sillón, noto su erección en mi mano y sin más me lo meto, me empalo, subo y bajo, succionando su pene, Brais gruñe, gruñe como solo él sabe hacerlo, me toca el culo inserta un dedo y yo me dejo, aunque no le diré que esa zona solamente él se ha comido, eso también me lo guardaré, siento sus besos en mi cuello, siento como muerde mis pezones, grito de placer, y cuando el orgasmo se apodera de mi, ya no me queda aliento, pero a él si me da la vuelta se pone encima mía y me da unas embestidas lentas pero certeras, vuelvo a gemir, vuelvo a jadear, busca mi boca y yo tan acostumbrada al sexo ocasional giro mi cara y me besa en la mejilla, me chupa, el cuello, agarra mi cara con sus manos y muerde mi labio para terminar besandome, me besa posesivamente, sus acometidas suben de velocidad quiere salir pero yo también estoy llegando.

- Estoy llegando. Ni se te ocurra parar. - Le grito.

- No tengo condón.

- Me tomo la píldora Brais, termina lo que empezaste.

Brais se mueve con destreza y velocidad y termina culminar mi orgasmo, termino por volver a gritar de placer y él lo hace conmigo.

Quedamos recobrando el aliento.

- ¡Joder! Hechaba de menos los polvos contigo pequeña.

- No Brais, no. No vuelvas con lo de pequeña, no vuelvas, no te he perdonado y nunca lo haré me mentiste.

Pero como hacía él antes sonríe, y me besa.

¡¡Vuelvo a ser una blanda!!

Él se levanta y yo me meto al baño a limpiarme.

Cuando salgo esta allí sentado, no se ha ni despeinado con todo el trote que nos hemos dado.

- ¿Querías algo Brais? He quedado.

- ¿Vas a ir a ver a ese tipo de a noche?

- No te debo explicaciones. Tu tienes a tu amiga metida en tu casa y yo no te las he pedido, ¿Sabe ella que a noche te acostaste conmigo?

- No le tengo que dar explicaciones a ella.

Asiento, y le sonrío.

- ¿Porque tomas la píldora? Si solo tienes sexo en clubs.

- Porque por más que he pensado no se como me quede embarazada, nosotros siempre hemos usado condon en nuestras relaciones y aunque con todos he usado condón prefiero prevenir.

- Fue en el coche.

- No te entiendo. - Digo arqueando una ceja.

- Te quedaste embarazada la vez del coche, recuerdas que fuimos a pasar las navidades a casa de mi abuela, no utilizamos y nos olvidamos de comprar la pastilla, tu no me lo recordaste y yo solo me acorde a los días, pero en enero me dijiste que te había bajado y no te dije nada.

- Me dijeron que eso era el sangrado de implantación o yo que se.

- Recuerdo esa última regla tuya, porque fue distinta, no estabas de mal humor, ni querías chocolate.

Pero no, no quiero recordar lo bueno y atento que era él conmigo cuando me bajaba la regla.

- Brais he quedado, ¿a que venías?

- ¿Porque vas a ir? ¿Te hace falta más sexo?

Miro a Brais, claro que no me hace falta más y ahora mismo me haría falta más pero con él, solo él me hace sentir llena.

Se acerca a mí, y aun me pone nerviosa. Me besa la mejilla, me besa el cuello.

- No vayas. - me susurra al oído. - disfrutemos los dos.

¡¡¡Se fuerte Lu!!!

¡¡¡Se fuerte Lu!!!

Me lo repito mentalmente. Pero no funciona.

- Te he hechado tanto de menos.

Y yo, pero eso no te lo diré en la vida. Me da un mordisquito en la oreja y vuelvo a sentir esa electricidad, mi vagina vuelve a empaparse.

Y me vuelvo a repetir.

¡¡¡Se fuerte Lu!!!

¡¡¡Se fuerte Lu!!!

Pero vuelve a nublarme la mente como cuando tenía veinte años, como cuando lo conocí.

- ¿Qué quieres de mi Brais?

- Solo te quiero a ti pequeña, solo a ti.

Y ala la blanda que hay en mi cuando Brais susurra cosas bonitas Al oído sale y lo besa.

Esta confirmado.

¡Soy una blanda!

Vuelvo a sentir las mariposas, los elefantes, la fauna y el universo en mi estómago. Y se que como Brais no habrá otro, ni que me bese, ni que me haga sentir lo que Brais hace solo con susurrarme.

- Nunca he dejado de quererte pequeña.

Nunca me has querido, me digo a mi misma. Me separo de él, se que me está nublando, lo sé. Cojo mi teléfono. Brais me mira.

- Hola diablilla.

- Mi demonio, lo tenemos que dejar para otro día.

- No me digas, vuelvo mañana a Londres. - dice decepcionado.

- Yo tengo que volar a Londres a finales de mes y nos vemos entonces.

- Estoy deseando.

Cuelgo el teléfono.

- No vamos a solucionar nada con el sexo, lo sabes.

- Lo único que no quiero es que lo busques en otro, te lo dije pequeña te dije que nunca podría compartirte con nadie.

- No lo has hecho, tu seguiste tu vida y yo la mía. Ahora tenemos una hija en común y si tendremos que sentarnos a hablar, pero también te digo que no quiero que la niña se sienta incomodo en tu casa. - Y después de pensar un rato le hago la pregunta - ¿Tienes una relación con ella?

- La única con la que he tenido una relación seria has sido tu.

- ¿Te has acostado con ella después de yo irme?

- Si, he jugado y la he compartido, cosa que contigo no haría nunca, a noche cuando te vi entrar en mi local, casi me vuelvo loco, cuando abrí esa puerta y te vi desnuda quise matarlo.

- Tu me enseñaste ese mundo, ¿recuerdas?

- No, no es así yo te lleve pero para estar solo los dos, por las circunstancias que eran.

- Me explicaste como funcionaba, y cuando tuve a Brayana y me dijo el médico que ya podía, supe que esa era la única forma de tener sexo sin compromiso y sin enamorarme, sin que un capullo como tu me hiciera daño, la primera vez fue rara, la tercera ya me movía sola. Lo busco cuando yo quiero, sin poner en peligro a mi hija, sin que ella conozca a nadie extraño.

- ¿Has sido feliz estes tres años?

- Lo he sido, porque Brayana es lo mejor que me ha pasado, cuando he tenido un día malo llegaba a casa y ella con mirarme lo sabía y me abrazaba y decía te quiero mama. No sabes Brais la emoción que sentí cuando mi pequeña me dijo por primera vez mamá, y solo por volver a tener a mi pequeña en mis brazos, solo por ese momento en la que te mira con esos ojos color miel los abre y dice sabes mamá, hoy te quiero mucho más que ayer.

- Eres una buena madre y de eso nunca he tenido duda. Mi madre quiere que pida la custodia de Brayana, dice que también tenemos derechos, tenemos que hacer esto lo más fácil posible Lu.

Me quedo en shock, me quieren quitar a mi pequeña.