C33 Capítulo 33

Miro a Brais a los ojos cuando ya lo tengo desnudo en mi habitación.

- Recuerdas la vez del cine. - El asiente - pues aquí es igual, la diferencia es que me tienes que follar, pero no podemos gritar. Así que follame.

- ¿Sin ruido?

- Sin ruido Brais. Tu sabes como hacerlo, tu me enseñaste.

Brais me empotra contra la pared yo enrosco mis piernas a su espalda y me embiste sin pensarlo.

- Hazlo con condon Brais. - Le reprendo.

- ¿Tu tienes? - Pregunta sin parar de embestirme con fuerza.

Asiento, asiento porque ya no puedo hablar, porque si hago gritaré del placer, por el placer que solo Brais me dá, y vuelvo a decirme mentalmente que esta es la última vez.

Justo cuando empiezo sentir la sensación de que estoy llegando escucho a mi pequeña llamándome.

- ¡Mierda!

Busco mi tanga y me lo pongo y cojo un camisón del armario y me dirijo a la habitación de mi pequeña antes que venga ella a la mía.

Y antes de salir.

- Vistete y vete Brais.

Cierro la puerta de la habitación y voy a la de mi pequeña. Abro con cuidado y la veo durmiendo, solo estaba soñando.

¡Vaya corte de rollo!

Me acerco a ella y la tapo con la sabana, apago la lámpara de unicornio y vuelvo a salir.

Al entrar a la habitación aún está Brais ahí.

- Te pedí que te fueras.

- ¿Lo haz hecho más veces?

- ¿Él que? - Pregunto sin entender.

- Follar como tu bien dices ahora, follar con mi hija en la habitación de al lado.

- Nunca, esta iba a ser la primera mira tu por donde, tu llevándote otra primera vez mía. Ni que te las merecieras. Mi hija nunca ha conocido a ningún hombre de los que he follado, porque si Brais, es follar, hacer el amor creí una vez que lo hacía contigo pero cuando descubrí tu engaño supe que no hicimos el amor, solo tuvimos sexo.

- Hicimos muchas veces el amor, porque cuando nos miramos a los ojos, cuando nos acariciamos, y todo pasa a camera lenta, y sentimos como nos fundimos el uno con el otro, eso cariño mío, es hacer el amor y si quieres te lo demuestro.

Lo aparto, lo tengo que hacer.

- Vete Brais.

- No puedo, le prometí a nuestra hija que desayunaria con ella mañana.

- Pues vuelves mañana por la mañana y desayunas con ella.

- No lo siento.

- Pues vete a dormir a la otra habitación, ¿o también piensas que vamos a dormir juntos como una pareja?

Se lo digo tan enfadada que me hace caso, abro el armario y le doy una manta.

- Buenas noches. - Le digo seca.

Desde que se va, busco en mi cajón mi consolador, pero no lo encuentro, busco en mi baño, y ahi recuerdo que lo dejé en la maleta que está debajo de la cama de la habitación donde está Brais.

¡Mierda!

Me pongo con El móvil rellenando datos para otros clubs ya que en el de Brais se que no podré ir, algunos conocidos en Londres me han dado algunos nombres y necesito encontrar otro. Después de enviar a 3 clubs apago el móvil y me voy a la ducha, necesito refrescarme, y allí yo misma me doy placer pensando en Brais, en cómo hace un rato me estaba haciendo suya, como me estaba haciendo disfrutar y ahí grito cuando alcanzo el climax por mi misma.

Me voy a la cama más relajada.

Son las siete de la mañana y mi despertador suena. Mi pequeña esta acostada a mi lado, ya que se despertó a media noche. Le doy un beso y dejo que duerma un rato mas, voy a preparar el desayuno, su uniforme y su mochila, me meto en la ducha y al salir la despierto.

- Vamos, pequeña mía.

Mi niña abre sus ojos color miel y sonríe.

¡Qué guapa es!

- Mamá, hoy será un gran día. - dice desde que se levanta.

- Así es pequeña, porque todos los días es una nueva oportunidad de ser feliz. Vamos a desayunar.

Cuando llegamos a la cocina ya está allí Brais.

- ¡Buenos días mis pequeñas!

- ¡Estás aquí! - Dice mi pequeña feliz y sonriendo.

- Te lo prometí a noche. Te llevaré al colegio y luego te recojo y nos iremos al parque.

Mi pequeña asiente, asiente tanto que tengo miedo a que se rompa el cuello, casi ni come.

- Venga Brayana, tienes que comer. Aún te tengo que vestir, ya te he puesto una camiseta limpia en la mochila, por si te manchas con la merienda del cole. - miro a Brais - te voy a dar una a ti para que la lleves por si hace falta, y también deberías llevar siempre la inyección de epinefrina por si come huevo sin que te des cuenta. Ve a la farmacia después de dejarla en el colegio y cómpralo.

- ¿Porque no la llevamos juntos? Así luego vanos a la farmacia y me dices que tengo que comprar.

Mi pequeña me mira con sus ojos brillando.

- Porfavor mamá, di que si.

- Vale. - y sonriendo le digo - Eres una malcriada ¿lo sabes verdad?

Mi pequeña me abraza y termina su leche.

Desde que subimos al coche mi pequeña pide una canción.

- Pon la que me gusta mamá.

- ¿Cuál es? ¿La de soy una taza? - pregunta Brais tocando la radio.

- No, la de yatra.

Él me mira yo le miro y sonreímos, es hija nuestra sin duda.

Y ahora en vez de cantar en singular Brais canta en alto eso de

" Yo que soy un cabron que hice para mereceros"

Entonces mi pequeña sonríe como nunca en la vida la vi sonreír.

Y me maldigo a mi misma por haberle quitado un padre durante estos tres años.

Cuando llegamos al colegio nos da la mano a los dos, va sonriendo, ve a su tía Avril y entonces va corriendo a saludarla.

Verónica se nos acerca, y nos saluda.

- Buenos días, ¿dormiste en casa de Luana hoy?

- Si mamá, ¿ya está fuera de la casa Mirella? No pienso volver antes.

Y como está conversación no va conmigo me despido.

- Voy a despedir a la niña. Hasta mañana Verónica.

- Hasta mañana Luana.

Me acerco a Avril y Brayana que están jugando en la entrada.

- Lu, el sábado es mi cumpleaños, ¿vendrá Brayana verdad?

- Lo hablo con tu hermano ¿vale?

- Dejame ir mamá Porfavor. - Me súplica.

- Brayana, lo hablamos con Brais, ya sabes lo de tus alergias y él tendré que estar pendiente a lo que tu comes. - Miro a Avril - ¿Qué pides para tu cumple?

Ella esboza una gran sonrisa.

- Un unicornio gigante.

Los portones del colegio se abren mi pequeña me abraza y me da un beso, y corre hasta Brais y le abraza también.

De pronto escucho que me llaman.

- ¿Luana Merino? ¿No me digas que eres la mamá de la famosa Brayana.

Doy la vuelta.

- Sí, Brayana es mi niña. ¿Usted es?

- ¿No me reconoces? - Niego con la cabeza - Erick. - sigo sin recordar - estudiamos juntos en la universidad.

- Ostras Erick, cuanto tiempo.

Le abrazo y me da dos besos.

- Ahora dime porque es famosa mi pequeña porque solo lleva un día de colegio.

- Mi hijo Izan no ha dejado de nombrarla, me tenia loco ayer con Brayana, incluso iba a preguntar por ti hoy ya que quería hablar contigo.

- Te doy mi número y me llamas, es que llego tarde al trabajo. Y quedamos un día y lo hablamos.

- Me parece bien.

Nos intercambiamos los números nos volvemos a abrazar y me dirijo a mi coche.

- Ahora tu método será ligarte a los padres de los compañeros de nuestra hija.

¡¡¡Dios dame paciencia porque si me das fuerza lo mato!!!