C5 Capítulo 5

- Deberíamos alejarnos, es mejor que no vuelvas a llamarme. - digo mirando por la ventanilla.

- ¿Qué pasa pequeña?

Mis ojos empiezan a arder, estoy faltando a mi propia palabra de que nada de novios hasta terminar la carrera, noto como la sonrisa de Brais se esfuma de golpe.

- Después de un orgasmo, sueles quedarte más relajada, ¿Por qué tienes lágrimas en los ojos?

- Esto no tendría que haber pasado, tu me nublas, me estás alejando de mi propósito y no puedo permitirlo, me prometí a mi misma que nada de chicos hasta terminar la carrera.

- Llevo dos días viéndote estudiar y dudo que yo, o algún otro chico te nuble para que termines tu carrera con matrículas.

- No puedo arriesgar.

- ¿No te gustó?

- ¿Lo que acabas de hacer? - El asiente - claro que me gustó, muchísimo, que tengo curiosidad por el sexo, claro, pero nos conocimos ayer ya me he besado contigo, y no puedo dejar de hacerlo porque me resultas aditivo, y acabas de masturbarme. ¿Qué clase de mujer te vas a creer que soy?

- Tienes diecinueve años te has dado tu primer beso hoy y aún eres virgen, creo que eres muy respetable.

- Claro la que a la primera de cambio se nubla con un tiraron de dos metros con unos labios maravillosos y unas manos...

Me tapo la boca antes de seguir, metiendo la pata.

- Te da vergüenza decir lo que acabamos de hacer, eso dice el tipo de mujer que eres. Pero no hemos hecho nada de lo que te puedas arrepentir, sigues siendo virgen, puedes tener orgasmos, y seguir siéndolo. Deja que se te siga nublando un poco, y terminarás siendo tu la que me pida que te quite la virginidad.

- Vuelvo a la primera pregunta Brais ¿Qué buscas en mi?

- Conocerte, y mientras te ayudo a que conozcas tu sexualidad. Eres guapísima pequeña.

Sacudo mi cabeza.

- Déjame en casa de Lía, le dije a mi madre que iba allí y estoy segura de que le preguntará y no quiero tener que dar explicaciones a ninguna de las dos. - miento se que a Lía se las tendré que dar.

- Es tarde te espero fuera otra que no tengas que volver sola a casa.

Desde que Lía me abre se sorprende saludo a su Madre y subimos a la habitación.

- Hueles a sexo. - me susurra mientras subimos.

- ¿Qué? - pregunto mientras me huelo.

- ¿Has tenido sexo por fin? ¡Ya no eres virgen!

- No he tenido sexo cállate ya, Brais apareció en mi puerta y tuve que salir, nos volvimos a besar, mucho sus labios son aditivos, y me ha terminado masturbando, joder que dedos como me tocaban estoy mojadísima.

- ¿Y porque no culminaste?

- Lía no se como será el sexo que tu tienes, pero Brais me ha hecho tener un orgasmo solo tocándome y sigo siendo virgen.

- ¿Solo tocándote? - pregunta curiosa.

- Esta esperándome abajo, le dije a mi madre que venía a tu casa, y de esto a nadie, se supone que no lo voy a contar porque además me muero de vergüenza, pero no puedo guardármelo.

- Quiero ese orgasmo con detalles. - me mira picarona.

Yo me abanico con la mano de solo pensarlo.

Al día siguiente Brais vuelve a estar esperándome en la puerta, recogemos a Lía que doy gracias a que es una caja fuerte para mis secretos.

Y a la salida me vuelve a dejar en casa.

- Te recojo a las ocho para el cumpleaños.

Por primera vez... otra más, me maquillo un poco me pongo un poco de brillo de labios y rímel en mis pestañas.

- ¿A donde vas tan guapa?

- Es el cumpleaños de Lía te lo dije ayer.

Mi madre me repasa de arriba abajo, le doy un beso en la mejilla otro a mi padre y le lanzo uno a mi hermano.

- Diviértete. - dice con su sonrisa pícara y cuando lo miro veo como señala disimuladamente a fuera.

Le guiño un ojo y salgo.

Solo verlo y vienen los recuerdo de lo que pasó a noche.

¡Calor!

- ¿Qué vienes pensando?

Niego con la cabeza y él pone su sonrisa... como no.

Al llegar a casa de Lía están todos allí, hay mucha más gente de la que nos esperábamos y eso que solo son las ocho de la tarde, Brais me suelta para ir a por algo de beber y yo me voy con mis amigas, quieren saber que pasa, porque vamos tan agarrados.

- Nada simplemente, me acompaño. - Le quito importancia.

Una hora después Brais aún no ha vuelto y yo no se porque empiezo a molestarme.

Me disculpo para ir al baño y cuando giro en la cocina lo veo abrazando a otra chica...

Un sentimiento desconocido hasta ahora por mi me pasa por el pecho, nuestros ojos conectan y yo me doy la vuelta y camino para el baño lo más rápido posible.

Mis mejillas están mojadas

¿lágrimas porque?

Brais me alcanza antes de entrar al baño, me empuja para dentro y cierra la puerta.

- ¿Qué haces? - Le empujo.

- ¿Qué pasa pequeña? - pregunta nervioso.

- No pasa nada. ¿Puedes salir del baño?

Brais se acerca, me limpia las mejillas con sus suaves dedos.

- Es mi hermana. - dice sin yo preguntarle nada.

- ¿Qué? - susurro.

- Esa chica es mi hermana Uxía, no pienses cosas raras.

- No he pensado nada. - digo apurada, aunque algo en mi interior salta de la emoción?

¿Qué me está pasando?

- Me encanta que te hayas puesto celosa. - me susurra a mi oído.

¿Celosa? Yo no conozco ese sentimiento celosa dice él.

- No tengo porque estar celosa.

El cabecea y chasquea su lengua.

- Poniéndome en tu lugar tampoco me gustaría verte abrazada a otro chico.

- ¿Ah no? - Digo sorprendida.

Niega con la cabeza se acerca a mí y vuelve a hacer eso que tanto me gusta.

Me muerde el labio de abajo y cuando me va a besar se aparta y dice.

- Venga te presento a mi hermana.

Entrelaza los dedos con los míos y tira de mi hasta la cocina. Uxía se para a él, sus ojos color miel, sus facciones.

- Uxía, te presento a mi novia.

- No bromees, no soy su novia. - digo apurada.

Entonces Brais me mira y me sonríe, y este nunca pierde la sonrisa ante nada, agarra mi cara con suavidad y se acerca y me vuelve a besar, como siempre me nubla los pensamientos y como no, le respondo a su beso.

- Mi hermano no bromea. - dice sonriendo Uxía - nunca ha presentado una novia oficialmente, así que supongo que te tengo que dar la bienvenida a la familia.

Uxía me abraza y siento ese calorcito, no sabría explicar bien que siento. Miro a Brais que sonríe. ¡Capullo!

Le muestro una sonrisa a su hermana nos quedamos un rato hablando, mientras Brais no me suelta la mano, Merche, Juan, Lucia y Lía, se unen a nuestra conversación, han mirado nuestras manos y han sonreído picarones.

Sobre las doce la gente se empieza a marchar, y yo no acostumbrada a fiestas también.

- Lía, me voy ya, mañana tengo que estudiar y me a dicho mi madre que tenemos una barbacoa en casa con unos nuevos vecinos.

Empieza a sonar por los altavoces la canción de Alex Ubago, siento como Brais me abraza por detrás, ya mis amigos ni se inmutan pero yo no dejo de sobresaltarme.

- Bailamos. - Me susurra.

¿Bailamos? me ha preguntado si bailamos delante de todos... que vergüenza.

- Yo no bailo. - le susurro a él.

- Esta canción si. - dice con toda la seguridad.

Me da la vuelta me abraza por la espalda, coge mis manos y se las pone por detrás de su cuello y bailamos, aunque mirando a los lados todos están bailando. Me vuelve a besar. MOMENTO ROMANTICO. Ni en las telenovelas de mi madre.

¡Que mono es! ¡Sexy! ¡Guapo! y ¡ROMANTICO!