C6 Capitulo 6

Desde que poso mi cabeza en la almohada, empiezo a intentar, solamente a intentar ordenar mis pensamientos, mis sentimientos, estos que empiezan a ser nuevos dentro de mi. Brais no esta en mis planes mas cercanos, pero aun no entiendo porque no puedo hacer como he hecho muchas veces apartarlo y decir que no quiero novio, ni me gusta. Obviamente decir que no me gusta seria la mentira mas grande de la historia de la humanidad... no es que me gusta ¡Me encanta! cuando sus labios se apoyan encima de los míos mi mente se nubla por completo, me olvido de quien soy y de lo que quiero en la vida. Doy vueltas en la cama y al no poder conciliar el sueño me frustro muchísimo, nunca nadie me ha quitado el sueño, nada en mi vida lo ha conseguido a no ser cuando nos dieron la noticia de que mi abuelita se moría, y esa fue la única vez que no dormí en toda la noche.

Enfadada conmigo misma me levanto de la cama y voy a la cocina por un vaso de agua.

- ¿Qué haces aquí Lu?

Joder del susto hasta se me cae el vaso de agua al suelo.

- ¡Joder! Que susto me has dado.

Mathi sonríe, enciende la luz de la cocina y se pone a ayudarme a recoger el vaso roto.

- ¿Qué pasa Lu? Desde que murió la abuela tu siempre duermes del tirón. ¿Qué haces levantada?

- ¿Tu que crees? - digo balanceando mi cuerpo. - Mathi, no se que me pasa.

- ¿Es ese chico no? - asiento - solo te diré una cosa hermanita, disfruta, si te gusta sigue adelante...

- Claro es fácil decirlo, cuando papa y mama a ti no te dicen nada porque tengas novia, pero...

Mathi me abraza, adoro a mi hermano, siempre podemos hablar.

- Solo dile a mama y a papa que te gusta un chico, es así de fácil.

- Papa y mama, me han enseñado desde que tengo diez años y mi nota de matemáticas fue un notable, no un sobresaliente solo porque simplemente salía al parque con un niño del colegio, que tengo que mirar por mi futuro, y que los chicos van y vienen y que tengo que esforzarme por sacarme mi carrera, y si te soy sincera me lo repitieron tanto que ya tu vez lo llevo a rajatabla, ahora entro en mi vida hace tres días un tío que me descuadra en todo lo que yo pensaba, le he dicho mil veces que no quiero una relación y ¿sabes cual es su respuesta?.

Mi hermano me mira con sus ojos verdes brillando y niega con la cabeza.

- Besarme, y cuando me besa se me termina nublando todo, no razono. - y tampadome los ojos con las manos - ¡Me gusta muchísimo!

- Disfrutalo Lu, tu te lo mereces.

Le sonrío, y el me abraza.

- Te quiero enano.

- Te quiero bichilla.

Vuelvo a la habitación y después de muchas vueltas me duermo.

Me despierta mi madre.

- ¿Luana estás enferma?

Me toca la frente para saber si tengo fiebre, yo la miro sorprendida, no se que esta pasando.

- Estoy bien mama.

Me levanto como resorte de la cama y vuelvo a mirar a mi madre.

- ¿Pasa algo mama?

- Es la una de la tarde. - dice mi madre sorprendida.

¿La una? Nunca he dormido hasta la una. Me meto a la ducha salgo preparo mis libros y decido ir a la biblioteca a estudiar.

- Me voy a la biblioteca mama, vengo más tarde.

- ¿Ni almuerzas?

- No, comeré algo allí mismo, me llevo el coche.

Los sábados siempre puedo coger el coche y aprovecho. Llego a la biblioteca y hoy sábado nunca hay nadie, por eso me gusta, me siento en la esquina más alejada y pongo mi móvil en silencio. Dos horas después veo que tengo tres llamadas perdidas de Brais, dos de Lía, dos de Merche, dos de Lucía, dos de Juan y diez de mi Madre, justo en ese instante vuelve a llamar mi madre.

- Mama estoy en la biblioteca...

- Luana vuelve a casa ya.

En la voz de mi madre noto nerviosismo.

- ¿Qué pasa mama? ¿Están todos bien? - pregunto mientras recojo mis libros.

- Ven a casa. - repite.

Llamo a mi hermano quiero saber que pasa.

- Enano, ¿Pasa algo? Mama me ha llamado histerica.

- Lu, no estoy en casa.

- ¿Y a ti no te ha llamado?

- A mi no.

- ¿Tu crees que sabe algo?

Mi hermano se queda en silencio, hasta que de pronto dice.

- Ven a recogerme, se que si se han enterado necesitaras refuerzos.

Por el camino me llama Brais, otra vez dudo en si coger la llamada pero mi hermano la coge por mi.

- Dime Brais, llevo el manos libres y voy con mi hermano.

- Pequeña, estoy en tu casa. - dice susurrando.

- ¿Qué haces en mi casa?

- Pues mis padres tenían una barbacoa y no sabía que era con tu familia, la cosa es que Avril y Uxía también vinieron y vieron una foto tuya, y ya sabes.

- ¿Tu que has dicho?

- Pues pequeña, estoy en blanco.

Miro a mi hermano, madre mía la que me espera. Le cuelgo sin contestarle.

- Pequeña, la que te espera al llegar a casa. - dice mi hermano burlándose.

Le doy un manotazo y al llegar a casa dejo el coche aparcado en el garaje. Brais me espera fuera y viene directo a mi boca, pero esta vez consigo no nublarme por su presencia y me aparto.

- Recuerda eres un compañero nuevo de la universidad.

- Lu... no te van a creer. - Suelta mi hermano.

- ¿Y entonces cual es el plan? - Grito. - Decir a papá y mamá que me estoy dejando nublar por un tío que he conocido ha e cuatro días.

- Pues si. - me grita mi hermano. - esta aquí contigo, él y yo, los dos te vamos a apoyar.

Miro a Brais y está vez, por primera vez no sonríe.

- Me estoy fallando a mi misma.

Me siento en las escaleras de la entrada y entierro mi cabeza en mis piernas mientras mis lágrimas salen sin remedio.

- Lu, te lo dije a noche Disfrutalo, si te gusta disfrutalo.

- Mathias cállate. - Grito- No digas más cosas que no te incumbe. - entonces vuelvo a mirar a Brais - Somos solo compañeros de la universidad y nada más.

Entro decidida a mi casa y ahí aparece los ojos acusadores de mi madre.

Me agarra del brazo y me lleva hasta la cocina.

- Las hermanas de ese chico han dicho que eres su novia. ¿Algo que contar?

- Mama, ya te dije que es solo un compañero, el otro día me trajo a casa y tuvo que recoger la pequeña Avril y ella pensó que éramos novios y ayer en el cumpleaños de Lía, él me recogió aquí en casa y al llegar su hermana Uxía nos vio llegar juntos y pensaría...

- ¿No me estarás mintiendo?

- Mama, cuando te he mentido yo.

Dos veces ya... pero eso me lo callo.

Mi madre acepta mis explicaciones, pero sé que no estará conforme.

Salgo a la terraza donde mi padre tiene ya la barbacoa preparada.

- Hola papa. - me acerco y le doy un beso en su mejilla.

- Hola bichilla. ¿Has estudiado mucho?

- Un poco solo, mañana volveré a la biblioteca.

Entonces se da la vuelta y me encuentro con toda la familia de Brais, busco a Brais y su mirada ha ensombrecido su eterna sonrisa no esta.

- Hola a todos. - Saludo.

- Cariño, está es la familia Ermida.

- Encantada, aunque a algunos ya los conocía.

- ¿Ah si? - pregunta mi padre sorprendido.

- Si papa, él es Brais. -digo señalándole - mi nuevo compañero de la universidad - a su hermana Uxía la conocí ayer en el cumpleaños de Lía y a la pequeña Avril el otro día que Brais hizo el favor de acercarme a casa.

Sus padres me sonríen amablemente.

- Ya era hora de conocerte, en casa se ha hablado mucho de ti.

Miro a Brais pero este ya no me mire.

- Espero que solo cosas buenas.

Ellos asiente y yo sonrío.

Me acerco a Brais, y en mi mente me pregunto porque, si él ni siquiera me ha mirado, pero necesito, necesito hablarle, que entienda lo que está pasando.

Me siento a su lado, y por debajo de la mesa aprieto su rodilla, pero él me la retira, sin mirarme.

- ¿Podemos hablar?

Niega con la cabeza.

- Por favor. - suplico.

Yo suplicando, enserio, a un chico... De aquí me voy a un manicomio.

Pero entonces me mira, y por primera vez... otra mas... Siento la tristeza en su mirada. Hago un gesto con la cabeza para que me siga, entramos en la casa y subimos a mi habitación.

- ¿Prefieres mentir a tus padres? ¿Por qué te niegas a una relación?

- Brais, lo siento, no se como digerir todo lo que me ha pasado en estos días.

- Pues entonces, te doy tiempo para que lo hagas, ya no eres una niña, cuando lo hayas digerido, me llamas.

Y esta es la primera vez, que siento esta tristeza, que no se ni como llamarla.