C19 Lobo
Avalyn
No podía dejar de toser. La sensación de quemazón en mis pulmones empezaba a disminuir. Y de repente, sentí cómo el aire inundaba mis pulmones y desperté con un jadeo. La cara llena de preocupación del Maestro se cernía justo sobre la mía. Estaba calado hasta los huesos. Él había sido quien me había rescatado del agua