C34 Puentes rotos
Keidys llegó a su casa, se encontró con una gran sorpresa al entrar:
—Tía —soltó Keidys.
La señora volteó y le mostró una sonrisa:
—Hola Keidys, meses sin vernos —saludó la señora.
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Josef llegó a su cuarto, la noche ya había caído y sintió que ese fue el primer día más largo de su vida, se acostó en su cama y dejó salir un suspiro