C38 Confesiones
Llegamos a casa.
Entró a la casa casi arrastrando los pies, 20 horas de turno en el quirófano son muy matadoras.
Por lo que quiero llegar a mi habitación, saludó a los chicos y me directamente me dirijo a mi recámara tirándome instantáneamente en la cama.
—
¡Ah! No sabes cuanto te extrañe mi linda cama —digo mirando el techo— cómo quisiera quedarme aquí e invernar durante dos semanas