C34 En el lavadero
¡Santo cielo! No podía creer lo que acababa de oír, que la niña a la que había salvado del bosque meses atrás era la señora que tenía delante.
Y no sólo de pie delante de ella, era la princesa real, la amada hija del rey. Oh cielos.
La miró bien para asegurarse, pero no pudo precisar, no pudo distinguir el rostro de la chica a la que había ayudado.
Volvió a mirarla, la vio sonreír