C2 Oscuridad

Los días pasaron y Amir al saber de la enfermedad que algún día arrebataría la vida a su madre, le prometió a ella que aprovecharía cada instante, honrando su amor y viviendo una vida llena de valentía y compasión.

En los corazones de Amir y Selena, un resplandor de esperanza comenzó a emerger, iluminando el camino hacía un futuro invierto pero lleno de posibilidades.

La enfermedad había extendido sus garras sobre el cuerpo de su madre, dejando a Amir indefenso frente a la inminente perdida.

Los días se volvieron una lucha y el tiempo parecía escaparse entre sus dedos como arena fina.

Luego llegó el día en que la sombra se hizo insoportablemente oscura.

Era una tarde gris en el reino, las nubes cubrían el cielo y ni un rayo de sol se podía ver. En una pequeña casa de madera, una mujer dulce y compasiva, con una belleza sin igual, se encontraba recostada en una cama, sus ojos antes con un brillo de alegría, ahora opacos y con unas visibles ojeras, su rostro estaba demacrado, la enfermedad había vencido, al no haber una cura para aquel mal.

A su lado estaba el Rey Elistan, que había estado cuidando de ella y de Amir esos últimos días.

Selena extendió su mano hacia el Rey, su amigo de la infancia, él no dudo un minuto y tomo aquella delgada y frágil mano entre las suyas.

— Elistan... Esto ya lo habíamos hablado... Pero, cuida a Amir, solo confío en ti para cuidar de mi único hijo. — Hablaba despacio y entrecortado.

— Lo haré, te lo prometí antes y no voy a romper mi promesa, cuidare a Amir hasta el final. — Respondió con decisión y ella sonrió débilmente.

Selena miro al pequeño que se encontraba a un lado de la cama, junto al Rey.

— Amir, mi pequeño niño, mi tiempo de partir ha llegado y no podré seguir... Pero te estaré cuidando siempre, en espíritu... Se un buen niño, obedece a tu tío Elistan... Y nunca olvides que te amo.

El pequeño abrazó a su madre, como si quisiera impedir que ella partiera, Selena correspondió al abrazo y le susurro tiernas palabras de consuelo y amor.

Amir, despacio se retiró y tomo la otra mano a su madre, tratando de ser fuerte.

El aire se llenó de un silencio denso mientras Amir con lágrimas en los ojos. Sus manos entrelazadas se aflojaron y el último aliento de vida, abandonó su cuerpo. El mundo de Amir se derrumbó en ese instante.

Esa misma noche se realizó un funeral y un homenaje a Selena, ella era muy querida en el reino por su dulce corazón y gran bondad, como si el cielo, se compadeciera de su perdida, la lluvia se hizo presente.