C9 El Tribunal
Es otro lunes por la mañana, uno de esos desastrosos en los que mis diez mil se esfuman por el coche de alguien. Mis vacaciones, mi dinero, mi fin de semana... ¿y qué más perderé con tal de no casarme? Pobre de mí. Me levanté y me alisté puntualmente. Desayuné y llegué temprano a la oficina.
Verónica se me apareció con su acostumbrada sonrisa radiante, en contraste con mi rostro