C35 Capítulo 35
Los ojos de Ana seguían abiertos, aun y cuando era de madrugada, no podía dejar su mente quieta, y ni siquiera conseguía estar tranquila.
Se acomodó mientras subió la manta para arropar un poco más su cuerpo, las piernas de Xavier ahora mismo estaban entrelazadas con las de ella, y su brazo reposaba en su vientre.
Lo observaba con detalle a la vez que parpadeaba lentamente