C7 Doctor Parks

Keira la acomodó en el sofá y se alejó. Pandora sabía que no se había ido de la casa porque escuchaba sus pasos en las otras habitaciones. Estaba conversando con alguien, aunque Pandora no tenía la menor idea de con quién.

"Toma, bebe un poco de té", le dijo, entregándole una taza a Pandora. Sus manos se quedaron un momento suspendidas en el aire. "¿Puedes sujetarla?", preguntó, y Pandora bajó la vista antes de afirmar su agarre en la taza.

"¿Voy a tener un bebé?", se cuestionó, incrédula ante la idea de que el universo le estuviera jugando una broma macabra.

"Sí, vas a ser madre", confirmó Keira.

"Esto es de verdad, ¿no? No es una broma".

"No, no es una broma", Keira le aseguró, acariciándole el hombro con suavidad.

"¿Voy a ser mamá?"

Keira frunció el ceño, como si evaluara el estado mental de Pandora.

"Derrik y yo lo intentamos durante años sin éxito. Jamás me equivoqué pensando que estaba embarazada. Pero una noche con un desconocido y ¿quedo embarazada al instante?"

Un extraño del que no recordaba nada, ni su rostro ni su nombre.

"¿Qué te preocupa, cariño?" preguntó Keira, notando su angustia.

"No sé quién es el padre de mi hijo. Voy a terminar como esas chicas de los programas de telerrealidad que miramos para desestresarnos".

"Pandora, calma. Todo se va a resolver. Podríamos poner un anuncio en Craiglist o en Facebook y dar con él", sugirió Keira con franqueza.

Pandora detuvo sus sollozos de golpe y miró a su amiga con reproche. "¿Y qué vamos a poner? 'Mujer recién divorciada va a Las Vegas por trabajo. Busca divertirse, sale de fiesta, se emborracha y termina en la cama con un hombre al que no recuerda. Solo puede describir sus ojos y su físico'. ¿Y luego qué? ¿Le pedimos que llame a la 'divorciada fácil' porque tiene noticias impactantes para él?"

Keira frunció el ceño al mirarla, mientras Pandora alzaba la vista y se perdía en el techo.

"¿Cómo se supone que lo encuentre? No tengo idea de cómo hacerlo sin sentirme aún más miserable. Él tiene que saberlo, aunque decida huir al enterarse. Tiene derecho a saber que va a ser padre, ¿verdad?"

Keira exhaló un suspiro y rodeó con sus brazos a Pandora. No tenía respuestas, así que lo único que podía ofrecer era consuelo a su amiga embarazada y desconsolada.

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"Tengo una cita con el Dr. Parks", dijo Pandora a la mujer detrás del mostrador del hospital.

"¿Cuál es su nombre?", preguntó ella sin mirarla.

"Señora Pr—" Pandora se interrumpió y carraspeó. "Leonard", corrigió mientras la mujer la observaba por encima del borde de sus lentes.

"Ah, señora PrLeonard..." Pandora arrugó la frente ante el tono burlón de la mujer, pero, sintiéndose mal, optó por ignorarlo. "Necesitará llenar estos formularios". Le extendió una carpeta con papeles y volvió su atención a la pantalla.

Pandora se sentó y empezó a completar su información. Al llegar al apartado de contacto más cercano, escribió el nombre de su padre, ese padre que tenía otra familia. Dejó escapar un suspiro cargado de resignación, consciente de que debía informarle. Sabía que su padre la respaldaría, pero también que era un hombre de principios tradicionales: para él, primero venía el matrimonio y luego los hijos.

"¿Señora PrLeonard?", llamó una enfermera, y la confusión se pintó en su rostro. "¿Es correcto su apellido?", preguntó.

Pandora lanzó una mirada de desdén hacia la mujer del mostrador, quien evidentemente sabía que había sido un desliz, pero aún así se ensañaba con su paciente embarazada. "Mi apellido es Leonard", aclaró Pandora con firmeza mientras se ponía de pie.

La enfermera asintió y con un gesto le indicó a Pandora que la siguiera por el pasillo. Entraron juntas en la habitación.

"El doctor Parks vendrá en breve para la consulta de nuevos pacientes. Por favor, espere unos minutos."

Tras estas palabras, la enfermera salió y Pandora comenzó a observar el entorno. Su médico de siempre se había retirado y el Dr. Parks había tomado recientemente su lugar. No conocía al hombre personalmente, pero había una foto de él sobre el escritorio que llamó su atención. La cogió sin pensar y sintió una punzada de dolor en el corazón mientras examinaba la imagen. Parecía ser la foto de boda del doctor. La mujer no aparentaba tener edad suficiente para estar casada, pero el hombre a su lado la miraba con una ternura evidente. Él, sin duda, le llevaba algunos años.

"Lamento la demora," dijo una voz masculina, sobresaltando a Pandora. Al girarse, se encontró no con la mujer de la foto, sino con el apuesto hombre que la contemplaba con afecto.

"Hola," balbuceó Pandora, levantándose de un salto mientras él se acercaba.

"Buenas, soy el doctor Parks," se presentó él al instante, extendiendo su mano. Ella se dispuso a estrecharla, pero un gemido interior se escapó al darse cuenta de que aún sostenía la fotografía.

"Disculpe," murmuró, dejando rápidamente el marco sobre el escritorio para luego darle un firme apretón de manos.

"Soy Leonard... Pandora Leonard," se corrigió, aclarándose la garganta. Cerró los ojos por un instante al oírlo reír; seguro había notado su pequeño traspié de antes.

"Por favor, siéntese, señora Leonard."

"Solo Pandora," le corrigió ella en un susurro. Aunque había pasado casi un mes desde que cambió su nombre, todavía le resultaba extraño que la llamasen por su apellido de soltera.

El doctor Parks asintió y tomó la documentación de Pandora, revisándola mientras ella lo observaba discretamente. No parecía mucho mayor que en la foto, así que probablemente había sido tomada hace uno o dos años. Alzó la vista y Pandora sintió que la miraba, pero con sus gruesas gafas tintadas, no podía estar segura.

"Su documentación está completa y en regla. Observo que tiene un historial de endometriosis severa, por lo que será importante monitorear de cerca el desarrollo de su embarazo. Hoy realizaré un examen completo y, si está de acuerdo, me gustaría hacerle un ultrasonido y tomarle una muestra de sangre. ¿Le parece bien?" La voz serena del doctor la hizo sentir mareada y débil.

"Me parece perfecto", respondió ella rápidamente. Con lo reconfortante que resultaba su voz, estaba dispuesta a acceder a cualquier cosa que él propusiera.

"Por favor, cámbiese en aquel cuartito. Cuando esté lista, pase por la otra puerta a la sala de exploración", indicó él señalando hacia una puerta.

Pandora se levantó de un salto y se puso la bata poco atractiva. Al salir, ya los encontró a él y a la enfermera esperándola en la sala de exploración.

Tomaron sus signos vitales y la enfermera se retiró por un instante.

"¿Le molesta si le tomo la muestra de sangre personalmente?" preguntó el Dr. Parks, y ella lo miró frunciendo el ceño. "Muchas personas prefieren que las enfermeras hagan la extracción porque nosotros los médicos no lo hacemos tan frecuentemente. Sin embargo, me gusta mantener mi práctica al día y lo hago al menos una vez al día. Nunca se sabe cuándo será necesario."

"Adelante", animó Pandora, sintiéndose cómoda con él. Al sentir la aguja, desvió la mirada hacia la enfermera, quien parecía estar embelesada por la situación, a juzgar por su expresión soñadora.

"Con esto listo, procederé a examinarla y después realizaremos el ultrasonido. Aunque muchos médicos derivan a los pacientes a un técnico, prefiero hacerlo yo mismo, especialmente en casos de pacientes con riesgos elevados. Por favor, acuéstese en la camilla", dijo él, extendiéndole la mano para ayudarla a acomodarse.

Ella siguió sus indicaciones al pie de la letra, incluso cuando le pidió que colocara sus piernas en los estribos. A pesar de estar impecablemente arreglada, eso no significaba que le agradara ser el centro de atención.