Esencia de Afrodita/C2 Elixir del amor
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C2 Elixir del amor

“Distorsión de la realidad”, ¿eso que significaba?, me negué a creer que la pócima en verdad tuviera algo que ver y seguí sin darle importancias hasta que uno encontré a uno de mis pretendientes escondido bajo mi cama y esa fue la gota que derramo el vaso.

Seguí sin creerlo pero estaba aterrada y no quería descartar ninguna posibilidad. Me puse a investigar sobre el jarabe pero no encontré ninguna información, pregunte a algunas amigas psíquicas y ninguna lo conocía.

El acoso estaba aumentando y desde ese momento, comencé a creer en los maleficios. Probé de todo para romper el hechizo. Queme las botellas, realice rituales y hasta acudí con varios brujos, pero ninguno logro deshacer la maldición.

Muchas mujeres deseaban ser cotizadas por todos los hombres, pero no era un deseo tan bueno como parecía. El acoso se estaba saliendo de control y no podía seguir viviendo así. Quería contactar al gitano del frasco pero no me dejo ninguna dirección.

Estaba segura qué sabia como romper la maldición y tenía que encontrarlo lo antes posible. Esa noche decidí empezar la búsqueda pero había un problema. Mis pretendientes rodeaban mi casa en espera a que saliera, de noche me dedicaban serenatas y los vecinos se quejaban del ruido, de día, me esperaban fuera de mi casa para invitarme a salir. No iba a poder hacer nada mientras que ellos estuvieran siguiéndome.

Tuve que llamar a la policía para que los espantara y empaque mis cosas para mudarme con mi prima. Le conté la situación y se echó a reír.

-Por favor prima, ¿enserio paso todo eso?

-No te rías, esto es serio.

-Deberías estar feliz, cuando no te volteaban a ver, te molestabas y ahora que muchos hombres quieren contigo también te enojas.

Me daba vergüenza admitirlo pero ese siempre había sido mi deseo desde que era adolescente, que todos los hombres se enamoraran de mí. Era un deseo tonto pero en esa época, era muy inconsciente. Jamás pensé que algún día pudiera volverse realidad.

-No sabes lo que es. Perdí todos mis amigos, no tengo privacidad, no puedo estar un minuto tranquila en la calle o en una cafetería sin que algún joven se me acerque con la intención de ligarme. Es una pesadilla.

-Pero no entiendo, ¿Cómo fue que paso?

-Ya te dije, el gitano del que te hable me vendió un afrodisiaco que lograba enloquecer a los hombres, no lo creí en ese momento pero resulto ser cierto.

-¿Por qué no haces una denuncia en su contra?

-No sé nada de él, ¿Qué se supone que le diré a la policía?, que un extraño me vendió una pócima mágica.

-¿Por qué aceptaste hacer negocios con un desconocido?, lo normal es que primero debes preguntarle todos sus datos.

-No estaba pensando, vi que eso atraía muchos clientes en mi negocio y fue lo único que me importo.

-Pues a lo mejor es un castigo del karma por ser tan codiciosa.

-No digas tonterías y ayúdame.

-Pero, ¿Cómo lo vas a encontrar?, a estas alturas ya debe estar lejos del país.

-No, estoy segura que sigue aquí. Necesito un disfraz y tú eres buena maquillando, hazme ver diferente.

-Y, ¿si te reconocen?

-Correré el riesgo, también necesito tu vehiculó.

-¿Estás loca?, ¿Qué tal si lo chocas?

-Por favor, me hare cargo si le pasa algo.

-Está bien pero me debes una grande.

-Gracias prima.

Pase la noche en su casa y al día siguiente maquillo mi rostro. Laura era experta en maquillaje de efectos especiales y siempre la contrataban en los teatros para transformar a los actores. Me convirtió en ella y me dio sus documentos.

-No olvides que ahora eres yo.

-Está bien Laura.

-Cuídate mucho y no te acerque mucho a los hombres.

-Intentare pasar lo más desapercibida posible.

Salí de su casa y emprendí mi viaje. Me mantuve todo el tiempo con la ventana cerrada mientras buscaba algún rastro de ese gitano. Metí el coche en un estacionamiento y suspire profundo. Me cubrí con una capucha y baje del auto.

Lo busque por la calle y las plazas entre los hippies que acostumbraban vender artesanías y ninguno se le parecía. Le pregunte a cada uno si lo conocían pero dijeron que no.

Uno de ellos me comenzó a ver de forma extraña y pensé que la pócima estaba haciendo efecto en él. Me aleje del lugar pero él me siguió.

-Espera, tienes unos ojos hermosos.

-Gracias…ya debo irme.

-Espera-me detuvo del brazo.-te regalo alguno de mis objetos, elije el que más te guste.

-Muchas gracias, pero no puedo aceptarlo.

-Insisto.

No quería armar escándalo y regrese a su puesto. Revise cada uno de sus objetos y elegí una pulsera de varios colores.

-Gracias.

-Te mereces más que una pulsera, por favor, elige algo más.

Jóvenes de otros puestos comenzaban a verme de la misma manera y empecé a incomodarme. Quería salir de allí antes de que se acercaran pero el vendedor no me dejo ir.

-Disculpa, me tengo que ir.

-Por favor no te vayas-sujeto mi brazo.

-Por favor, suéltame.

-No te puedes ir así, al menos dime tu nombre.

-Es…Laura-me sujeto con más fuerza.

-Laura, es un nombre muy lindo.

-Gracias.

-Si quieres, te puedo invitar un café y así podemos seguir platicando y nos podemos conocer mejor.

-Gracias, no estoy interesada.

-¿Por qué no?

-Ya suéltame-intente mantener la calma.

-¿Es porque no soy tan guapo como otros hombres?, yo te puedo ofrecer mucho más que esos idiotas.

-Por favor suéltame. El problema no es contigo.

Otro joven se nos acercó y me aparto de él.

-¿Estas bien?, ¿este idiota te está molestando?

Otro quería acercarse y no era buena señal, tenía que irme antes de que se pusieran a pelear.

-No pasa nada, ya me voy.

-Espera, ¿Cómo te llamas?

-Disculpa, tengo prisa.

-¿Por qué te vas?, estábamos platicando muy a gusto.

Me fui caminando y ambos se pusieron a seguirme. Acelere el paso ignorando sus llamados y corrí hasta perderme entre la multitud. Seguían acercándose y entre en una cafetería para perderlos de vista.

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