C4 Despedido

¡Barrel!, ¡amigo!, sírveme dos de tus mejores bebidas con alcohol, para mí y ese chico de allá-. Dijo apuntándome

-Ahh...no, no gracias, yo no tomo en realidad-.

-No lo escuches Barrel, solo está nervioso, sírvenos dos para cada uno mejor-.

Barrel asintió y buscando entre sus más finas bebidas dentro de un viejo estante las saco.

-Aqui tienes, son las últimas de mi inventario-.

El rey solo las tomó mientras les echaba un rápido vistazo.

-¡Hoy si te luciste eh!-. Dijo con una voz alegre mientras tomaba una copa donde vaciarlas.

Yo miraba con mucha curiosidad como reaccionaba aquel hombre, aquel que un día se proclamaba con rey, su forma de ser sin duda era un enigma.

-Chico ven, las bebidas están listas-

-Amm, señor yo... enserio no tomo-.

El sigue insistiendo e insistiendo así que finalmente cedí, miré la copa por un largo tiempo antes de dar el primer sorbo, estaba muy amargo, no pude evitar hacer un típico gesto de disgusto, el rey me miro y se rio-.

-Vamos, termina todo-. Volteó la mirada y me palmeo

El tiempo pasaba mientras yo aun trataba de terminar la misma copa, y Barrel platicaba con el rey.

-¿Cómo se encuentra tu mujer?-.

-Ya se recuperó por completo desde el día de mi derroque, así que creo que está bien-.

-Eso es una buena noticia, por cierto, olvide preguntarte, ¿Quién es este chico?-. Pregunto con curiosidad

-Oh, él es una persona que encontré en mi camino a visitarte-.

Claramente hablaban de mí, podía escucharlo, pero decidí hacerme de oídos sordos.

-¿Pero que acaso no es del distrito lunar?-. dijo Barrel susurrando

-No-.

Repentinamente el sonido pareció desaparecer de sus bocas, solo podía ver como se movían, mas no lograba escuchar nada, ¿Estarán planeando contra mí?, lo mejor seria irse en todo caso.

~Continuando la conversación secreta~

-¿Qué parece si lo vigilas entre las sombras?, dejarlo solo un poco más-.

El rey lo pensó por unos segundos para aceptar la idea.

-Bien, así lo hare-.

~Fin de la conversación~

Me acerque un cuanto más frente al rey y a Barrel para poder despedirme y darle las gracias antes de partir.

-Amm, señor, disculpe-. Me que esperando

Después de unos segundos recibí respuesta.

-¿partirás tan pronto?-.

-Mhm, necesito hacer un reporte de esto a mi trabajo, obviamente ocultare su presencia, no se preocupe-.

El silencio inundando nuestro alrededor, solo nos quedamos viendo mutuamente sin decir palabra alguna.

-confío en ti, ¿eres del distrito humano verdad?-.

-Si, en cuanto a todo lo que está pasando…… aún no lo proceso realmente-.

-Tienes agallas chico, novato lunar en distrito humano, quien lo diría-.

Yo solo sonreí y asentí, naturalmente solo tenía interés en partir cuanto antes, pero como si el rey lo anticipara me dijo antes.

-Tienes un aura lunar, si regresas te capturaran y tu vida dejara de pertenecerte, ¿estás seguro que quieres partir? -. Me dijo con una mirada algo complicada

-Lo estoy, eventualmente quiero volver a ver el mundo que se esconde de mis ojos, así que partiré-. Conteste con determinación

-Me gusta tu actitud mocosa, tienes algo con que ocultar tu aura, ¿cierto?, si es así mejor que lo uses ya-.

Fue entonces cuando recordé que había obtenido ese parche de aquella chica, yo instintivamente lo saqué. El rey volvió a hablar:

-Úsalo y no te lo quites por nada del mundo, ¿entendido? -.

-Sí -. Asentí

-Puedes irte, un día nos volveremos a encontrar-.

Volví a agradecerle una vez más y partí corriendo.

Volteé a todos lados tratando de encontrar un lugar conocido para volver por mi auto, pero no hallé nada, seguí deambulando, tratando de usar mi suerte para llegar, pero solo me perdí más, ¿qué tan grande puede ser la ciudad perdida?, me pregunté por horas, hasta que al fin de tanto caminar encontré un semáforo que claramente recuerdo haber visto cerca.

-¡Es a la vuelta!,¡a la vuelta está el auto!-.

Mi grado de felicidad era enorme, ya era de noche y no sé que hubiese echo sin mi auto, aparte que me despedirían, di la vuelta a la cuadra y visualice el auto, ….rodeado por personas.

-¿Eres Tessele?-.

Pregunto un hombre delgado, de cabello oscuro azulado, aunque para ser sincero aun era joven; este llevaba consigo una espada de tamaño medio en la cintura y actuaba prepotente sentado encima del auto.

-Lo soy, ¿qué haces encima de mi auto? -.

- ¿Tú auto? -. Contesto riéndose con soberbia

- ¿Cuál es el problema? -. Dije con tono molesto.

-Deja presentarme, mi nombre es Clyde, hijo de el jefe de la empresa en que trabajas, y partir de ahora no volverás ahí nunca más