Guerrero Dargox/C7 Capitulo 7: —¿Dónde está Drak?.
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C7 Capitulo 7: —¿Dónde está Drak?.

Capitulo 7.

—A nuestro planeta.

—¿Nos volverán a casa?, ¿Quiero decir, a la tierra cuando lleguemos al tuyo?. —la mandíbula de Drak se apretó.

—¿Quieres volver?. —su voz sonó dura.

—Yo...

Ahora que él lo preguntaba, hizo que Karen se cuestionara ese hecho. ¿Quería ella volver a la tierra, después del momento tan especial que habían compartido? ¿Volver y dejar atrás a Drak porque sabía que no podría llevarlo con ella? Pensar en eso hizo que su corazón doliera. Cómo podía estar sintiendo alguna clase de sentimientos por ese extraterrestre que apenas y conocía, pero tan loco como sonaba eso, Karen sabía que muy en el fondo de su corazón era así. Está era la segunda vez que esas preguntas y confirmaciones rondaban por su cabeza. Le gustaba Drak y no podía negar ese hecho.

Para cuándo fué a darle una respuesta ya estaban delante de una puerta que estaba siendo custodiada por otro Dargox. Este vestía solo botas, pantalones y un chaleco de cuero exponiendo sus músculos. ¿Es que todos eran así de músculosos y atractivos? Aunque para ella, Drak era el más hermoso.

—Bex. ¿Cómo está la hembra?. —está vez Karen no lo corrigió.

—A estado inquieta. No deja de exigir hablar con la otra hembra. —ésto último lo dijo viendo a Karen.

Bex tenía el cabello negro y lindos ojos oscuros que Karen supuso serían marrones. Algo en su mirada la hizo sentir cómoda y más cuando le sonrió.

—Apuesto a que se alegrará de verte. —le dijo Bex.

—Estoy segura que si.

—Abre la puerta. —le ordenó Drak girandose para verla a ella—. Volveré por tí en cuanto pueda. Bex les traerá alimentos. —dicho ésto se volteo para irse dejándola así, sin más.

Podía ver el dolor en su mirada.

—¡Drak!. —lo llamo y este se detuvo a tiempo para girar y atrapar el cuerpo de Karen estrellándose contra el suyo.

—¿Que sucede?. —le preguntó mientras la abrazaba, llevándola a la altura de su cara. Ella envolvió sus brazos alrededor de su cuello enterrando su cara en el pecho de Drak.

—Nada. —Karen olfateo su pecho inhalando su olor—. Estaré esperándote.

—Mi neka. —acarició su cabello antes de darle un beso en la cima de la cabeza. Luego la bajo despacio al suelo, se separó de ella y se fue.

Karen regreso y se dió cuenta que Bex la observaba con una sonrisa. Ella se ruborizó pero le devolvió la sonrisa. Apartándose aún lado la dejó entrar en la habitación; era más pequeña con una sola cama y una puerta que seguramente era un baño.

Rápidamente vió a Jess en la esquina más alejada de la cama abrazando sus piernas. Una sensación de culpabilidad se instalo en ella al recordar lo cómoda que ha estado en los brazos de Drak, mientras que Jess estaba aquí sola.

—¿Jess?. —ella levantó la cabeza sorprendida de verla—. Nena, ¿Estás bien?.

—¡Oh Karen, gracias a Dios que estás bien! ¡He estado tan preocupada por ti!. —dijo Jess abrazándola.

—Estoy bien. Todo va ha estar bien. —la llevo a ambas hasta la cama para sentarse.

—¿Realmente crees que estaremos bien?.

—Si. —la seguridad en su voz la sorprendió hasta ha ella misma—. ¿Tu estás bien? ¿Te han lastimado o algo?. —Jess negó con la cabeza.

—Estoy bien. Me Han colocado un traductor. Me Han alimentado y el extraterrestre que está en la puerta me trajo algo de ropa y me enseñó como usar el baño. —Karen le sonrió, dándose cuenta por primera vez que estaba vestida con una camisa negra que le cubría más abajo de las pantorrillas.

—Creo que su nombre es Bex. Y parece un buen guerrero."

—¿Guerrero?.

—Si. —Karen la puso al día con los guerreros Dargox y todo lo que Drak le había contado. También le hablo de los Lars y el porque las habían secuestrado de la tierra.

—Pero eso es una locura. Esas cosas horribles podrían dañarnos al buscar de reproducirse con nosotras. Solo hay que verlos para saberlo. —Jess meneo su cabeza en negación.

—Lo sé. Por eso ahora los Dargox nos han tomado bajo su protección y nos llevan a su planeta donde nos ayudarán para volver a casa.

—¿De verdad?. —la esperanza en su voz hizo que Karen se le revolviera el estómago. Ella aún no estaba segura de lo que quería—. Vamos a poder regresar a la tierra. Veré a mis padres y a mi novio.

Karen podía entender su felicidad y el porqué quería regresar. Si ella tuviera a alguien que la estuviera esperando en casa, tal vez su decisión fuera más fácil de hacer. Forzando una sonrisa estuvo de acuerdo con Jess. No le quiso contar sobre su momento con Drak, no le pareció correcto contarle eso.

—¿Dónde te han tenido?.

—Me he estado quedando en la habitación de Drak.

—¿El de cabellos blanco? Es el capitán ¿verdad?.

—Drak es el de cabellos blanco. Y Si, supongo que sí.

—¿Te ha tratado bien?.

Karen no pudo ocultar su sonrisa.

—Bien. A sido muy amable conmigo. A cuidado de mí. —Jess la miró extrañada pero no dijo nada.

—Define la palabra "Muy amable" para mí. —Karen sentía sus mejillas arder.

—Simplemente amable, Jess. Nada más.

Pasaron mucho tiempo hablando de cosas triviales de su vida en la tierra. Karen trenzo el cabello de Jess, tratándola cómo si fuera su hermana.

Bex les trajo comida a ambas y Karen no pudo ignorar la mirada que Bex le dió a Jess y como ella se ruborizaba, obviamente algo estaba pasando ahí. Pasaron el rato comieron en silencio o hablando y riendo de vez en cuando.

(####)

Karen no sabía cuánto tiempo había pasado porque se había quedado dormida con Jess en la cama. Pero estaba segura que algo la había despertado. Intentó dormír otra vez cuando las luces parpadearon unas cuantas veces más antes de apagarse y un suave temblor la sacudiera. Su corazón se aceleró alertando a su cuerpo.

—¡Jess! ¡Jessica, despierta!. —trató de no gritar. Mientras escuchaba pasos corriendo fuera de la puerta.

—¿Que pasa? No puedo ver nada. —chilló Jess haciendo que Karen le tapara la boca.

—Shhh. Algo ha sucedido pero no estoy segura que es. Debemos mantener la calma, ¿De acuerdo?. —Jess asintió en medio de la oscura habitación.

Otro sonido de explosión hizo chillar a Jess. Karen sabía que esto no era bueno.

Cuando busco de levantarse de la cama otro temblor más resonó, y su cuerpo perdió gravedad saliendo disparada hacía arriba, girando por la cabina.

—Karen. ¡Oh mierda, Karen estoy dando vueltas!.

—Lo sé. Yo también. Siento que voy a... vomitar.

—¡No!. —un grito de preocupación vino de Jess—. No lo vayas hacer.

—Jess... me estoy... mareando. —ella sentía que todo le daba vueltas. Lo de flotar definitivamente no era lo suyo.

—¿Dónde estás?. —escuchó un golpe seguido de una maldición de Jess.

—Creo que estoy cerca del techo. —le respondió Karen, que palpó con la mano la pared que tenía a su lado, no sabía si estaba viendo directo al piso o viendo al techo.

Levantó su pies y palpó con él cualquier cosa que le pudiera decir dónde rayos se encontraba.

—Bien. Tenemos que llegar a la cama, al parecer es la única que no está flotando.

Karen no podía ver jodidamente nada, así que no sabía cómo rayos iba a llegar a la cama. Abriendo bien los ojos los movió como una desquiciada, desesperada por hallar cualquier cosa que la ubicará. Un leve destello de luz llamó su atención; entonces se dió cuenta que provenía de la puerta de entrada. Eso quería decir que estaba apuntando al piso, le fue de utilidad para poder ubicar la cama. Impulsandosé de la pared, se lanzó hacia adelante, golpeando la cama.

—¡Maldicion, eso dolió!, ¿Jess dónde estás?.

—Aquí. —sintió que la agarraron del brazo—. Ven, pongámonos detrás de la cama. —Karen dejó que Jess la jalara con ella, ocultándose en un rincón entre la cama y la pared. Las sombras debajo de la puerta pasaban de un lado a otro, hasta que una se detuvo enfrente.

—¿Cómo es que ellos pueden correr si no hay gravedad?.

—Shhh. No lo sé. Seguramente tienen trajes especiales. —la sombra frente a ellas abrió la puerta y una figura alta y musculosa llenaba la entrada. Karen sintió alivio—. Drak, ¿Estás bien? ¿Que está pasando?. —él no le habló, solo caminó hasta ellas y las tomo del brazo.

Karen se dió cuenta por la poca luz que entraba que estaba usando una máscara, y que sus manos se encontraban cubiertas por guantes. Rápidamente se percató que no era Drak y un nuevo terror se instaló en ella.

—¿Dónde está Drak?. —él no le respondió—. ¿Me llevaras con Drak?. —él asintió. Entonces Karen recordó lo que Drak le había dicho de que no todos tenían su idioma en el traductor. Pero entonces ¿Cómo es que podía entenderla? Los vellos de su espalda se erizaron. Un mal presentimiento se plantó en su estómago.

«Seguro de que sólo entiende el nombre de Drak» O al menos eso es lo que se dijo a si misma para no entrar en pánico.

El sujeto agarró a Jess también pegandolas ha ambas a cada lado de su cuerpo y llevándolas con él. Toda la nave estaba oscura, solo algunas luces intermitentes rojas parpadeaban de ves en cuando, dejando que Karen viera que habían objetos flotando. El hombre las llevo por un corredor diferente, se detuvo ante una escotilla y gruñendole ha alguien que estaba del otro lado. Karen se dió cuenta del porque no los podía entender, tal vez algunas fallas con el sistema de la nave tuvo que haber afectado sus traductores.

El hombre la soltó dejándola flotar hacia arriba a través de la escotilla, otro hombre la agarró dejándola que se estabilizara, dándose cuenta que ahí si había gravedad y luz. Su cuerpo ahora se sentía pesado. Volteó a ver al que la tenía sujeta y gritó al verlo.

—Tu no eres un Dargox. —«¿Cómo rayos me pude referir a estas cosas cómo hombres? Es un insulto.»

—No. Pequeña hembra. Soy un Uldin.

¿Y que mierda era un Uldin?, Su piel fea verde-mojosa y escamosa le recordaba a un pez. Sus dientes eran amarillos y puntiagudos, la saliva corriendo fuera de su boca en algo amarilloso y pegajoso, era repugnante. O tal vez era una combinación de pez y una babosa. Verlo hizo que le dieran ganas de vomitar y su olor nauseabundo no estaba ayudando mucho a su malestar. Sus ojos eran grandes y redondos, cómo los de un pez.

Se estremeció.

Jess estaba a su lado muda, cómo ella. Observando al nuevo alienígena.

—¿Que mierda eres?. —Jess no se pudo mantener callada cómo Karen pensó que haría.

La cosa fea la ignoró.

—Caminen. Debemos irnos.

Comenzó a empujarlas a través de otra puerta; un corredor y otra puerta, en está se encontraban más mujeres humanas. Jess y ella se miraron sorprendidas.

El extraterrestre las empujó para que pasaran. Ellas caminaron mirando a las cinco mujeres que estaban en el lugar. Alejándose de los Uldin, Karen le susurró a Jess.

—Debemos salir de aquí. Tenemos que ayudarlas a ellas y regresar con los Dargox.

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