C34 No lo molestaría más.
Había una leve fragancia de lirios en la habitación, y una mujer delgada yació en la sábana blanca.
Ella se acostó de costado en la cama, mirando las cortinas de tul de la habitación ondear con el viento. La suave brisa acariciaba sus mejillas.
Hubo una meceta de lirios en el alféizar de la ventana, meciéndose suavemente con el viento