C31 Capítulo 31
Nadia apenas podía sostener la respiración en su boca. Ahora mismo necesitaba estar concentrada al cien por ciento, porque un hombre como el guarda que tenía en sus brazos, doblaba su fuerza. En el momento en que sintió que él se removió para zafarse, ella hizo fuerza a la navaja en su cuello, haciéndole un pequeño corte que vio horrorizada.
«¡Por Dios, Santo!»