C7 CAPÍTULO 6 - Encuentro con el alfa rebelde

Antes de que el médico llegase a la villa del Alfa Branden, Andreitte abrió los ojos con lentitud. Lo primero que captaron fue la figura de un hombre alto e imponente junto a su lecho, observándola con detenimiento. Parecía analizarla, preguntándose qué tipo de loba sería ella.

Sus ojos recorrieron su rostro y descendieron hasta su torso; al alzar la vista de nuevo, se sonrojó al instante al encontrarse con la sonrisa burlona del hombre.

"¿Me veo bien, loba perdida?", le preguntó él, manteniendo su sonrisa.

"¿Loba perdida?"

"Así es. Te llamo loba perdida porque te hallamos en la bahía. Solo se encuentra a quien se ha perdido", explicó él, soltando una risita, y Andreitte no lograba discernir si la estaba ridiculizando o simplemente bromeando.

"No estaba perdida. Escapé", susurró ella.

"¿Escapaste? ¿De quién?" inquirió el hombre de gran estatura.

"Antes de seguir, ¿podría saber quién es usted y en qué lugar me encuentro?", replicó ella, intentando averiguar si podía confiar en aquel hombre.

El sonrió con amplitud y se acomodó a su lado en la cama. Ella intentó incorporarse, pero se sentía aún débil, por lo que él la detuvo con suavidad.

"Quédate tranquila, podrías lastimarte. Debes permitir que tu cuerpo se recupere del agotamiento, la sed, la presión y las heridas, los moretones", le aconsejó.

Ella asintió y lo miró de nuevo, con una mirada inquisitiva.

"Soy Alfa Branden", se presentó él con sencillez, y ese nombre resonó en Andreitte. Sus ojos se abrieron enormemente.

"¿Alfa Branden, el Alfa renegado?" se llevó la mano a la boca, reprendiéndose internamente. No había podido evitar soltar un comentario que podría ser tomado como ofensa. "Mis disculpas, Alfa Branden", dijo con voz suave, sintiéndose avergonzada.

"No hay problema. Me enorgullece que me llamen el Alfa Renegado, ya que eso significa que fui el único Alfa con el coraje suficiente para enfrentarme al todopoderoso Rey Alfa", afirmó él, sonriendo de nuevo, y Andreitte se sintió reconfortada por su respuesta.

"¡Caray, pensé que me ibas a arrancar el cuello por esa palabra!", exclamó Andreitte, provocando la risa espontánea de Alfa Branden.

Mientras lo observaba reír con una inocencia juvenil, Andreitte se sintió más relajada y a gusto.

"¿Y tú? ¿Qué apodo me pondrías? ¿Loba Fugitiva?" Él la estaba provocando y Andreitte lo sabía. Soltó una risita.

"Andreitte. Mi nombre es Andreitte".

"Es un nombre hermoso. La loba fuerte e intrépida, eso es lo que significa".

"Ya lo sé, mi madre me lo dijo", susurró ella, asintiendo con lo que él había mencionado.

"Por cierto, ¿por qué escapaste y de quién?", recordó Alfa Branden la pregunta que había hecho antes y se la repitió.

II

Justo cuando Andreitte iba a responder a Alfa Branden, llegó el Doctor.

"Alfa Branden, buenas noches", saludó el Doctor, y él respondió con un gesto afirmativo.

"Doctor Pat, por favor, verifique que ella esté bien. Supongo que ya le informaron cómo la encontramos, ¿me equivoco?"

"Así es, Alfa Branden", confirmó el Doctor Pat. Luego abrió su maletín negro y sacó su estetoscopio.

"Permítame examinarla, señorita", indicó.

"Puede llamarme Andreitte, Doctor Pat", le dijo ella con una sonrisa al médico de mediana edad, que irradiaba una confianza inmediata.

El Doctor Pat examinó a Andreitte y la encontró en buen estado, salvo por algunos moretones que, de hecho, sanaban más rápido de lo normal para una loba común.

"Solo necesita descansar, Alfa Branden, y beber más agua, ya que estaba deshidratándose. Pensé en ponerle suero, pero veo que su recuperación es veloz. No eres una omega, ¿cierto?", preguntó el doctor con una sonrisa amable y Andreitte asintió.

"¿Qué tipo de loba eres, Andreitte?" preguntó Alfa Branden, con una curiosidad palpable.

"Soy una loba Zeta", afirmó con orgullo.

Al oír la palabra Zeta, las cejas del Alfa Branden se elevaron. "Vaya, una especie de licántropo poco común, dotada de múltiples habilidades. Excelente. Doctor Pat, puede proceder si ella está en condiciones. Pida a las sirvientas que nos traigan botellas de agua", instruyó.

"Entendido. Con su permiso". Tras estas palabras, el Doctor Pat abandonó la estancia del Alfa.

"Responde ahora a mis preguntas que aún quedan sin respuesta", demandó, aunque su tono era sereno.

"Huí del Rey Alfa".

"¿Por qué?"

"Yo... fui seleccionada como la criadora del nuevo Alfa", confesó, y al mirarlo, captó la ira que de repente se apoderó del semblante afable del Alfa rebelde.

"¡Ese desgraciado!", exclamó con ira, apretando los puños con fuerza.

"Alfa Branden", lo llamó ella, sorprendida por su reacción.

Él clavó su intensa mirada en ella y dijo: "Existe una única solución para que logres escapar definitivamente de ser la criadora del Alfa elegido, y ante eso, el Rey Alfa no podría hacer nada".

Ella, impresionada y llena de asombro, le preguntó ansiosa: "Por favor, Alfa Branden, dime, ¿cuál es esa única solución aparte de la muerte?".