C25 Verdades profundas
Aídan
La ira caminaba por mis sentidos, emponzoñando todo a su paso.
Saber que alguien desea a mi mujer me vuelve loco, me destruye la calma, la poca que poseo. Suponiendo que posea alguna.
Y si ya imagino, que saben a qué huele su piel...ese es mi fin, la razón desaparece y la locura prevalece. No soy capaz de suprimirla.
Un imbécil, que parecía no ser más, que una mala copia mía