C38 La fuerza del corazón
Amaia
Salimos de allí como descolocados.
Alicia lloraba aún. Era entendible.
Carter estaba bien callado, era su costumbre.
Sin embargo Aidan, se veía alegre. Extraño. Y entonces recordé que no sabía donde se había metido las últimas casi seis horas.
Afuera, Carter se llevó a su hermana y Douglas ya se había ido con Leticia para mandarla a encerrar