C15 ¡Alicia!
Amaia
Aidan estaba hecho una furia.
Se puso de muy mal humor cuando contestó mi teléfono.
Colgó, nada más decir una frase y lo lanzó a la mesilla de noche.
Se recostó sobre el cabezal de la cama y me cargó a horcajadas sobre el,dejándonos frente a frente, con su masculinidad entre mis piernas.
— Pequeña, no quiero que veas a mi madre