C23 Lo mucho que te amo
Aitana
Si de sexo se trataba, perdía todas las partidas con Ashton.
El tío era una máquina de follar.
Y mira que yo no acostumbro a hablar con tacos, pero es que el me los sacaba todos. Así como los orgasmos.
— En algún punto me volverás frigida Ashton — le comenté tratando de recuperar el aliento sobre su hombro.
— De mi cuenta corre que eso no ocurra