C38 No cuentes con eso
Aitana
Estaba acostada sobre la cama de hospital con Ashton al lado.
Se había subido a mi lado y me abrazaba por la cintura, acariciaba mi vientre y dejaba lágrimas en mis hombros.
Tenía que dejarlo llorar tranquilo, en el fondo lo entendía. Si la situación hubiese sido al revés, yo habría llorado mucho más.
— Nena, no voy a poder tener a nuestro hijo y no a tí. Me niego, no puedo