C27 No debiste desafiarme
Amaia
Desperté a la mañana siguiente de mi encuentro con Aidan con una rosa negra en mi almohada. Olía a su colonia , pero aunque no llevara su olor , yo sabía que él la había dejado para mí. Solo que la principal flor negra que debía portar , ya no la tenía , no la quería y no sabia si algún día volvería a tenerla.
Saliendo de la ducha una caja me esperaba en mi cama