C31 Lo solucionaremos todo
Amaia
Su brazo rodea mi cuello y descansa sobre mis dos hombros con fuerza y posesión.
Su aliento en mi oído me calienta el alma. Dios , como amo a este hombre. Sabía quién era solo de sentir su fuerza a mi alrededor.
Me aferré a el con mis manos intentando que suavizara su agarre pero no lo conseguí