C61
Caminaron como hora y media y encontraron una estación de gasolina que estaba en servicio.
—Gracias Diosito. —Dijo Karin.
El que los atendió llamó un taxi que en pocos minutos llegó y los llevó a donde había quedado el auto de Liam. Él le abrió la puerta de su coche a Karin.
—Vamos a tu casa me imagino que debes estar exhausta.
—Si por favor, estoy muerta del cansancio