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El punto de vista de Sheila

Mis ojos se abrieron de par en par y me alejé de él y de su mirada penetrante. Su mirada dorada me produjo un escalofrío inquietante y frío.

"¿Tú?" Susurré sin aliento, mientras él seguía mirándome.

Sonrió con maldad y su imagen se transformó. El pelo de Killian se transformó en uno largo y dorado que le caía detrás de las orejas, deslizándose hasta los hombros