C3 La encontré

Perspectiva de Joseph

Iba camino a la cabaña de mi hijo, Nick, cuando vi a Ethan sonriendo y conversando con una joven de espaldas a mí.

Al acercarme, escuché a la señorita decirle con dulzura que podría haberse lastimado corriendo de esa manera. Acto seguido, se ofreció a llevarlo con su abuelo. La preocupación espontánea de esa mujer por un niño que acababa de conocer me conmovió.

Se notaba algo avergonzada al no reconocerme. Al decirme que venía a ver al Sr. Jones, lo identifiqué enseguida. Era el director de marketing y muy competente. La chica guardaba un gran parecido con David, por lo que deduje que sería su hija, aunque me contuve de hacer cualquier pregunta.

Cuando Nick apareció, noté cómo ella lo evaluaba discretamente, algo que ya no me sorprendía. Sin embargo, su elegancia la diferenciaba de las demás que había visto antes.

Me dejó asombrado cuando Ethan la abrazó y ella logró que reconociera su error y se disculpara, algo poco común. Ethan normalmente no se mostraba tan a gusto con desconocidos. La expresión de Nick era un eco de mi sorpresa.

Desde el rabillo del ojo, vi a Nick examinando su figura sin desviar la mirada hasta que ella desapareció de nuestro campo visual.

En ese momento, me encontraba en mi cabaña repasando el expediente con todos los detalles de Sophia antes de hacer una llamada.

Sophia Jones, 27 años, única hija de David y Amelia Jones. Con un MBA en marketing bajo el brazo, actualmente era la gerente de marketing en Knight's Enterprises.

"Impresionante", reflexioné.

Siempre me había preocupado por Nick. Tras ser lastimado una y otra vez, había perdido la confianza en las mujeres. Pero, desafortunadamente, era demasiado ingenuo para discernir sus verdaderas intenciones. Él dice, y cito: "Yo no hago el amor". Estoy harto de sus andanzas de playboy y de que esa Christina, o como se llame, esté siempre encima de él. Su rostro delata claramente su malicia, pero por alguna razón él sigue permitiendo que se quede a su lado, algo que no alcanzo a comprender.

Ethan también necesita el cariño y el cuidado de una madre, como cualquier otro niño. He estado en la búsqueda de una mujer decente y bondadosa para desposarla con mi hijo.

"Y creo que la he encontrado", sonreí para mí mismo.

Convocé a David a mi oficina. Reflexionaba sobre mis planes cuando escuché que tocaban a la puerta.

"Adelante."

"Señor Carter, usted me llamó." David me saludó.

"Señor Jones, por favor, tome asiento."

Una vez que se acomodó, continué.

"No me gusta dar vueltas. Así que... ayer vi a su hija Sophia en mi despacho. Me pareció una joven respetable y quisiera pedir su mano para el matrimonio de mi hijo."

Él se tomó unos segundos para procesar mis palabras.

"Realmente no sé qué decir... uh, pero creo que es una decisión que ella debe tomar", dijo.

"Espero que pueda intentar convencerla", dije con firmeza.

Parecía meditar su próxima respuesta.

"Haré lo que pueda, señor Carter."

Asentí y le di permiso para retirarse.

Ahora, a esperar...

Perspectiva de Sophia

Estaba en mi habitación desplazándome por mi feed de Instagram cuando Bree saltó sobre la cama y comenzó a lamerme la cara.

"Breee, basta, basta", exclamé entre risas. Soy bastante cosquillosa.

Él ladró contento y movió su cola.

"Sophie, baja ya, la cena está lista."

"Voy enseguida, mamá", canturreé mientras bajaba las escaleras.

"Hola, papá", lo abracé mientras él estaba sentado a la mesa.

"Hola, princesa", me encanta cuando me llama así. Me siento como si aún fuera la pequeña de mi papá.

A mitad de la cena, papá intervino.

"Sophie, tengo algo que contarte."

"Dime, papá."

"Uh, hoy me citaron en la oficina del señor Carter. Él ha pedido tu mano para su hijo, Nicholas Carter, nuestro jefe actual."

Guardé silencio.

"¿Qué opinas?", preguntó con una mirada llena de esperanza.

Miré a mamá y su rostro irradiaba éxtasis ante la propuesta.

"No sé, umm... ni siquiera lo he conocido bien."

"Sophie, me gustaría que lo consideraras."

"Nos estamos haciendo mayores, cariño, y queremos verte establecida y feliz", dijo mamá, mirándome con una preocupación sincera.

"PERO la decisión siempre será tuya. No te presionaremos", afirmó papá, y mamá asintió en señal de acuerdo.

"Gracias, papá."

El resto de la cena transcurrió en un silencio cómodo.

Subí a mi habitación. Al entrar, quedé sumida en reflexiones profundas.

No estaba segura de este asunto repentino del matrimonio. No es que estuviera en contra del matrimonio, simplemente nunca me había enamorado. Claro, he tenido algunas citas, pero amor... nah. Por eso nunca había considerado seriamente casarme.

Mis padres nunca me forzaron a nada y, aún hoy, han dejado que sea yo quien decida. El señor Carter definitivamente parecía un hombre decente y Ethan... ese niño era encantador. Ojalá el hijo del señor Carter se parezca a él.

Nicholas Carter... el nombre ya tiene su chispa y, además, él también tiene su atractivo.

¿Solo atractivo?

Ugh, está bien, era muy guapo, extremadamente.

Pero eso no es lo más importante.

Sin embargo, mamá y papá tienen muchas esperanzas puestas en esto. Nunca me han pedido nada y quizás podría intentarlo.

Quizás debería darle una oportunidad...

A la mañana siguiente...

"Buenos días", dije estirándome.

"Buenos días, cariño", me saludó mamá.

Nos sentamos a desayunar.

Tomé un sorbo de jugo y decidí hablar.

"Papá, eh... he pensado en ello."

Él esperó a que continuara.

"Estoy de acuerdo con la propuesta."

Los rostros de mis padres se iluminaron con amplias sonrisas.

"Cariño, me has hecho tan feliz", dijo mamá, envolviéndome en un abrazo.

"Sí, princesa, nos has hecho muy felices", dijo papá, acariciándome la cabeza.

Les devolví la sonrisa. Me sentía bastante satisfecha con mi decisión al ver la felicidad en sus ojos.

Desayunamos entre charlas esporádicas, y la mayoría del tiempo hablando de cómo mamá ha imaginado mi boda.

"Entonces me voy a la oficina", dijo papá mientras besaba la frente de mamá.

"Sophie, ven que te llevo de paso", ofreció papá.

"Vale, papá. Hasta luego, mamá."

"Adiós, cariño."