C29 Prisa y contención
Mia hojeó el libro en su mano hasta la página diecisiete, y casi empezó a leer cuando su puerta se abrió de golpe y el diablo emergió dentro, con la cara tan roja que Mia casi temió que explotara.
El anillo seguía en su dedo, pero de algún modo parecía tan furioso como siempre. Quizá no era tan poderoso como todos pensaban, o la furia de Xavier era así de intensa.
Se abalanzó sobre ella