C80 No te atrevas a parar
Cada paso que daba en mi dirección hacía que mil mariposas más revolotearan en mi estómago. Me alegré de no haberme detenido a comer nada porque no me había sentido tan nerviosa desde la primera vez que él y yo nos habíamos conocido.
Se detuvo justo delante de mí e intenté recordar que debía respirar mientras le miraba