C34 Capítulo 33
...El camino se fue haciendo cada vez más, y más largo.
Tenía los ojos rojos, luego de haber llorado en todo el viaje.
El silencio fue nuestro acompañante.
Los ojos me ardían de tanto llorar.
Pero, mi alma necesitaba calmar ese dolor.
—Padre, no quiero parecer descortés ni nada con su propuesta. Pero