C44 Dos condiciones
¡TIENES QUE ESTAR BROMEANDO!
¿Una dueña igualitaria de todo lo que poseía? ¡Eso es ridículo! ¿Por qué diablos haría eso?
Solo el loco de Ace Valencian podría responder a eso.
Con los ojos formados en un ceño fruncido, los labios apretados con disgusto y rabia corriendo por mis venas, entré en su oficina. Bueno, no estaba obligada a tocar.
Sus ojos se apartaron de su móvil