La violinista del Diablo/C2 Una mirada intrigosa
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C2 Una mirada intrigosa

Las dos chicas bajaron del autobús

Algunas personas vociferaron

– ¡Por fin!

Alana iba a devolverse pero el conductor le cerró las puertas

– ¡Se merecen una paliza!, Bufó

Kelly negó cansada de lidiar con ella tratando de que dejara de buscar problemas

– No puedo creer que aún sigas en lo mismo

– Yo tampoco... Es que ando en mis días.

Respondió Alana

Kelly abrió la boca sorprendida

– ¡Es increíble! Por poco y nos bajan por tu culpa. Bufó

– No me culpes a mí, dijo colocando la mano en su pecho. – Échale las culpas a Eva

Kelly frunció el ceño

– ¿Y quién es Eva?

– La pecadora esa, ella comió del fruto prohibido y eh aquí los resultados, ¡Puto periodo! Bufó

Kelly resoplo

– Estás loca, definitivamente estás loca, tu periodo, ¡Que cosas dices!, Ay no.

Alana poso su mano en el hombro de su amiga.

– No me prestes atención, más bien dime ¿dónde estarás tocando hoy?

– Estaré en esa esquina, señaló del otro lado – Escuché que habrá un evento, no se de que se trate pero estaré hay un buen rato

– Sí, sólo un buen rato porque está noche saldrás conmigo, pasaré por tí ya que estarás cerca de la clínica donde trabajo

– Está bien, que tengas buen día. Se despidieron con un beso en las mejillas...

Kelly se posó justo al frente del salón donde se llevaría a cabo el evento, un grupo de personas corrían de un lado a otro llevando y sacando cajas.

Al empezar a tocar su melodía algunos desconocidos que pasaban se inclinaban a colocar monedas en el forro dónde guardaba su violín.

Una persona que llegó la observó, la miró con intriga.

Lucia un traje negro, sombrero del mismo color y un bastón.

Dicho bastón no parecía que lo necesitara por la forma en la que lo movía al escuchar la hermosa melodía.

Movía la cabeza de un lado a otro disfrutando lo que le hacía sentir, su mirada se oscureció al ver la hermosa y desaliñada chica.

Hecho su cuello atrás mirando al cielo y sonriendo de forma extraña.

– La encontré, susurro sonriendo de una manera malvada. Con solo verla sintió algún tipo de conexión.

Una mujer que intentaba encender un cigarrillo lo tropezó

– Disculpe, dijo caminando a prisa

Sus ojos enrojecieron de la ira. Solo basto con chasquear los dedos para que un auto apareciera de la nada y la atropellara.

Alzó la vista hacia el cielo.

– ¿Qué? ¡De todas maneras se iba a morir!, Siempre te quejas por todo. Bufó

El día estaba nublado y el cielo pareció responder con un trueno fuerte y destellos de luz que lo abría entre las nubes.

– ¡Está bien está bien! Ya me voy. Miró a la chica – Pero regresaré por tí. Murmuró

Kelly sintió una extraña sensación, detuvo sus manos y miró hacia donde había una multitud.

– ¿En qué momento pasó ese accidente?, Se preguntó extrañada.

Siguió tocando hasta las 9: 45 de la mañana. Paro un taxi para ir por su hermana...

– ¡Por fin llegaste!, Dijo Carmen al verla

– Anda sube, respondió Kelly

Sin importar la discusión que hallan tenido, la enemistad entre ellas no podía ser, la hermandad era más grande el apoyarse era algo importante, fue un lazo que su madre remarcó siempre como valor familiar.

Kelly no había notado la presencia de un auto negro elegante, Carmen se extrañó al verlo, algo en ella despertó persuasión, una extraña sensación.

– ¿Y ese carro?. Susurro Carmen

– ¿Ah?, no escuché. Dijo Kelly

– Que ojalá y todo salga bien.

Kelly sonrió, tomo la cabeza de su hermana y la apoyó en su hombro

– Todo saldrá excelente...

Bajaron del taxi al llegar al hospital, Carmen busco con la mirada el auto que seguía la misma ruta que el auto en el que se transportaban.

– Debo estar paranoica, murmuró

– ¿Carmen? Te noto distraída, dijo Kelly

– Para nada todo está bien.

Entrelazaron sus brazos y llegaron a la recepción

– Buenos días mi hermana tiene cita con la doctora Paula Alarcón

– Buen día, documento por favor.

El auto negro se estacionó y Carmen al verlo por la ventana del hospital se sorprendió.

El conductor de extraña fisionomía bajo del auto y abrió la puerta, bajó su cabeza.

– Espérame dentro del auto, ordenó – No hagas nada de lo que te vallas arrepentir más tarde. Advirtió el hombre del bastón

Carmen sintió un frío helado en su cuerpo, un extraña sensación de peligro la arropó.

– Señor arropa con tu manto nuestros cuerpos y alejanos del peligro que nos aceche. Exclamó colocando su mano en su vientre. Ella era una niña cristiana muy creyente a Díos.

El hombre se detuvo y elevó la mirada hasta encontrase con la de Carmen.

Sonrió de forma burlona y la joven lo noto.

– Acaso, ¿Acaso me escuchó?. Dijo Carmen sorprendida

El siguió caminando apoyándose con el bastón...

– Vallamos a sentarnos. Dijo Kelly tomándola por sorpresa

Carmen se espantó

– ¿Qué?

Kelly frunció el ceño extrañada

– Tengo la sensación de que no estás bien, te noto extraña ¿Que pasa?

– Es que note algo muy raro cuando...

– Carmen Zocuso. La llamó la doctora interrumpiendola.

Carmen frunció el ceño extrañada, por lo regular demoran para atender a los pacientes

– ¡Que bueno ya te llamaron!. Exclamó Kelly – Ay olvide tu identificación, sigue adelante yo te alcanzo. Le dijo mientras daba pasos.

Carmen asintio en respuesta, siguió con la mirada a su hermana y se encontró con la mirada del hombre, su cuerpo y su mirada fue de una chica fuerte e imponente, tanto así que este extraño frunció el ceño al verla.

– ¿Carmen Zocuso?, Repitió la doctora

– Si doctora. Respondió

– Sígame...

Kelly llegó a recepción

– Disculpe señorita es que olvidé la identificación de mi hermana

– La llame pero no me escuchó, aquí tiene señorita. Dijo la joven

Al girarse de frente se tropezó con el hombre quien intencionalmente se puso en su camino.

– Disculpe no lo ví, que torpe soy.

Él sonrió

– No fue nada Kelly

Ella quedó anonadada

– Como, ¿Cómo sabe mi nombre?, Pregunto extrañada

– Tienes una única manera de tocar tu violín. Respondió él

Ella frunció el ceño

– ¿Me ah escuchado?, Preguntó incrédula

Metió su mano en el bolsillo de su abrigo y saco una tarjeta dorada

– Puedes llamarme cuando quieras, quisiera que lo hicieras, te aseguro que no te arrepentirás.

La manera en la que le habló a Kelly fue extraña para ella. Sintió escalofrío.

Trago en seco antes de responder

– Eso veré... Señor.

– Demon. Dijo su nombre

Ella frunció el ceño

– Demon. Repitió el nombre asombrada

El río divertido

– Rey de las tinieblas

Ella río deslocada

– Perdon, disculpe mi...

– No te preocupes, tengo una manera muy particular de ser gracioso

– Ya lo noté, tengo que irme que tenga buen día. Le dijo antes de irse

El asintio en respuesta y la vio alejarse, segundos después ella miró la tarjeta en su mano y se giró para verle y no lo vio...

Demon como se hacía llamar llegó al lugar dónde su sirviente lo esperaba...

El hombre al verle se espantó

– ¡Pero que haces!, Bufó Demon al verlo con una paloma dentro de su boca – No podías esperar que estuviéramos en nuestro hermoso hogar.

Un niño estaba como una estatua por la impresión de ver al extraño comer un ave.

Demon se acercó a él y lo miro a los ojos.

– Por tu bien, olvidarás este momento. Dijo al tiempo que sus ojos enrojecieron como fuego – Vete. Ordenó

El niño se fué caminando como perdido.

– Disculpe mi señor. Dijo el hombre

Demon volteo los ojos en blanco

– Por eso los de arriba se quejan tanto de ustedes, Le hubieras quitado las plumas por lo menos ¿No entiendo a quién salen tan salvajes?. Dijo al tiempo que entraba al auto...

– Discúlpeme mi señor. Habló tembloroso

– Ay Vharis, no hacen nada bien, yo soy el que tengo que salir a conseguir las almas, ¡Estamos en guerra! Debo ganar, y. Reune a todos los demonios hoy debe haber una velada, conocí a alguien que será fácil de convencer, ¿Donde esta el aparato con el que se comunican los humanos?

– Aquí está mi señor. Le dió un celular

– Perfecto. Chasqueo sus dedos y aparecieron en el infierno – ¿¡Que hacen bola de perdedores!?, Gritó al bajar del auto.

Llegó a un lugar donde había un grupo de personas gritando y quejándose de dolor.

– Mi señor, uno de los demonios le hizo reverencia, en su mano tenía un látigo y en el otro una botella muy extraña.

– ¿Se quejan mucho poquito o nada?, Preguntó Demon

– Mucho mi señor, respondió sonriendo

– Dale más lava con azufre ¿Les gustaba el alcohol? que tomen del mío!. Su risa malévola y burlona se escuchó en todos los rincones de ese horrible lugar.

La celebración de sus palabras fueron bien tomadas por los otros demonios. Ellos disfrutaban torturarlos con lo que más les gustaban hacer.

Si eran bailarines eran golpeados con los látigos si dejaban de hacerlo, si les gustaba la música cantaban sin parar. Cada gustó era un castigo eterno, los demonios disfrutaban de su sufrimiento.

Una mujer de cuerpo hermoso llegó a los pies de Demon.

– Mi señor sea usted bienvenido, se inclinó y besó sus pies

Este estaba sentado en un trono, el bastón se convirtió en una enorme serpiente

– Descansa, la serpiente se perdió entre la arena y la candela – Tengo trabajo para tí, quiero que subas y me consigas una enorme casa muy espaciosa y lejos de los humanos...

Carmen no paraba de sonreír

– Estoy muy feliz hermana, me podrías dejar en la iglesia

Kelly frunció los labios y asintio en respuesta de manera no convincente.

– Pero te dejo ahí tengo que ir a trabajar ¿Estamos?

Carmen asintio, al llegar se despidió de su hermana con un beso y un fuerte abrazo, antes de bajar del taxi le susurro.

– Que Dios te acompañe hermana

Kelly solo sonrió.

– Que más da. Bufó en voz baja

Carmen entro a la iglesia, se acercó a un joven y le pregunto.

– ¿Sabes dónde está el pastor?

– Aquí estoy hija, bienvenida ¿Cómo va tu embarazo?

– Lo mas de bien pastor, pero no sé cómo decir lo que viví hoy, tuve una extraña sensación es más, no lo describiría de esa manera, ¿Usted me creería si le digo que sentí una presencia maligna? ¿Que la ví?

Carmen se sintió segura tanto así que el pastor de la iglesia donde ella asistía no dudo en sus palabras

– Lo que dices no es cualquier cosa, debemos de hacer cadenas de oración ¿Te sientes preparada?...

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