Lilith, Vampiresa Sensual/C3 Placer Sexual Egoísta
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C3 Placer Sexual Egoísta

Viggo entra detrás mío a la casa.

Una exhalación de admiración sale de su boca.

Oh si Viggo.

Tengo las replicas exactas, elegantes y fastuosas de los muebles que alguna vez, en otra vida, fabricaste y usaste.

La enorme chimenea de piedra negra crepita con el fuego azul que enciendo chasqueando mis dedos.

Las flamas azules tenuemente tiñen de sombras moradas los muebles y a nosotros.

La atmósfera oscura que tanto amamos nos cobija bajo este leve destello azul-morado.

Una música instrumental oscura y melancólica se deja escuchar en el aire.

Nos brinda la intimidad perfecta para este reencuentro anhelado.

Viggo pasa sus dedos por los muebles de madera antigua sin poder creerlo.

"Sabía que te gustarían Viggo."

Dejo mi gabardina negra en el perchero.

Cepillo mi despeinado cabello negro ala de cuervo con mis dedos.

Me siento en el enorme sillón con almohadones cálidos color chocolate para darle espacio a Viggo.

Extiendo mis brazos hacia los lados del sillón y cruzó la pierna mirando a Viggo en todo momento.

"Son acaso estos...?"

"Si Viggo."

"Son los dos últimos tapetes de los famosos hermanos Nereni."

Respondo asintiendo con la cabeza.

Viggo sigue mirando el interior de nuestra a casa y me enorgullezco de conservar la habilidad de sorprenderlo.

Viggo se quita su dura y pesada gabardina negra que le llega hasta los talones y la deja colgada en el perchero, al lado de la mía.

"La casa es simplemente hermosa..."

"Es tal como la habíamos soñado Lilith..."

Viggo nota las pinturas y antes de que emita su pregunta él ya sabe la respuesta.

Sus amadas obras de arte, por las que tardé mas de cien años en dominar una maldita técnica de pintura, ahora cuelgan mustias en las paredes.

Es una suerte que tenga memoria fotográfica.

Cómo ya ha tenido suficiente tiempo para admirar la casa me acerco para abrazar a Viggo por su fuerte espalda.

Viggo suspira porque se que Él también estaba ansioso de que lo tocará.

Mis labios besan su espalda por encima de su camisa blanca de seda mientras que mis manos acarician su pecho.

Viggo dócilmente deja caer su cabeza hacia atrás cerrando los ojos.

"Te extrañe tanto Viggo en estos largos años..."

"Tanto, tanto adorado mío...."

Muevo mis dedos ágilmente para poder desabrochar los botones de su camisa.

Podría haberla desgarrado fácilmente, pero estos juegos previos nos encienden a ambos.

Cuando termino con los botones, levito un poco para poder quitarle despacio la camisa.

Maldita sea!

Viggo ha estado haciendo más ejercicio porque sus bíceps se muestran más definidos y duros que antes.

Dejo caer la camisa en sus brazos y le doy la vuelta para admirarlo mejor.

Los patrones intrincados de las líneas de los tatuajes recorren audazmente todo el esculpido y duro torso de Viggo.

Me deleito varios minutos observándolo con ojos llameantes por el deseo.

"Viggo, esta vez tienes diseños muy intrincados en tu cuerpo."

Me muerdo el labio inferior porque se ve tan jodidamente ardiente tatuado.

Los deliciosos músculos de six pack me hacen agua la boca.

Ya quiero pasar mi lengua por ellos...

También por su pecho duro como las piedras de mi chimenea.

Quiero morder sus pequeños pezones de hombre.

Quiero que mi lengua repase cada una de sus líneas de la espalda.

Y lamer a detalle esa V tan bien definida que se asoma ligeramente de su pantalón de cuero negro.

Su pantalón se amolda perfectamente a su trasero redondo y respingón que me encanta golpear y morder.

Sus piernas duras se tensan y relajan mostrándome sus duros músculos.

Y su erección en el frente me promete que tendremos mucha deliciosa y orgásmica diversión.

Mis uñas han crecido a su tamaño normal con su característico color violeta sangre.

Recorro despacio los costados del torso candente y musculoso de Viggo con mi uña del dedo índice recordando a detalle los patrones de sus maravillosos tatuajes.

Después los dibujaré yo misma con mis uñas en su piel...

De forma permanente.

No dejo de mirar su boca de tentación que comienza a gemir de placer.

Sabe que le daré el placer que se merece, pero primero quiero jugar un poco con él.

"Lilith..."

Viggo termina de quitarse la camisa arrojándole al suelo para que pueda tocarlo sin restricciones.

"Porque me haces sufrir Lilith?"

No respondo su pregunta.

En cambio me lamo los labios por la ansiedad de anticipar que de nuevo, después de doscientos o trescientos años, podré tener un encuentro erótico con Viggo.

Acerco mi boca a su espalda ancha y recorro su dulce piel con mis labios casi sin tocarla.

Viggo suspira sensualmente.

Despacio mi lengua sale al encuentro de su piel de porcelana, deleitandome en suculenta línea marcada que divide su espalda.

Cada que mi boca, lengua o mano recorre una parte del masculino cuerpo de Viggo, la tinta de sus tatuajes cae de su piel para desvanecerse antes de tocar el suelo.

Mis manos recorren sin prisas su duro vientre definido.

Suben hasta su pecho para apretar su pezones que ya están duros y ansian que ponga mi marca en ellos.

Dios, en verdad extrañaba saborear a Viggo!

Exhalo contra su piel y Viggo me agarra con fuerza mis manos para que recorra su cuerpo con más rapidez...

Con más fuerza.

"Tranquilo Viggo, te daré justo lo que quieres, solo déjame disfrutarte un poco más."

Paso serpenteante mi lengua por sus clavículas mientras que mi mano derecha rodea su mandíbula.

Quiero sostenerlo en esta posición un minuto.

Lamo y chupo con ansia sus sensibles lobulos de las orejas y su suculento cuello arrancándole suspiros contenidos.

El cuerpo de Viggo se contonea exigiendo más de mi toque.

Viggo está impaciente por tocarme también, pero tendrá que esperar.

Que fácil es hacer que Viggo olvide su enfado previo conmigo por mi atracón de comida chatarra.

Creo que es hora de mostrarle nuestra habitación a Viggo.

Enlazó su mano con la mía para que en silencio levitemos hasta ella.

Esta madrugada es nuestra Viggo, como lo fueron muchas antes.

El placer que solo una vampiresa como yo puede darle es de otro mundo.

Y Viggo mejor que nadie lo sabe.

Es por eso que siempre regresa a mi, hambriento de la complacencia, deleite y satisfacción garantizadas que solo yo puedo darle.

Y tu Viggo, eres mío para mi sádico y egoísta deleite.

**By Liliana Situ**Editora Tete Antonio***

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