Los Secretos de Marina/C6 CAPITULO 5 “Una cena accidentada”
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C6 CAPITULO 5 “Una cena accidentada”

(septiembre 12, 2017, Cd. de México)

(Narrador)

Al salir Marina del Dojo vio que la esperaban Alejandro y Omar.

-¿Que hacen aquí, debieron irse hace un rato?.

-Bueno es tarde y queríamos esperarte, para felicitarte.- Contesto Omar

-También podemos llevarte a casa, es tarde y estarás cansada.- Dijo Alejandro sonriendo

-La verdad es que sí, estoy cansada y hambrienta.- Contesto Marina

-Bueno porque no vamos a cenar, yo también estoy hambriento.- Dijo Omar viendo a su primo

-Bueno, es buena idea, pero tú invitas.- Contesto Alejandro sonriendo

-Si hombre, yo invito, pero llévanos a cenar, tengo hambre y Marina apreciara una buena hamburguesa antes de llegar a casa.- Dijo Omar tomando la maleta de Marina y abriendo la puerta del auto de Alejandro.

-Primo tu atrás o esperas que la dama vea solo tu cabeza?

-Alejandro, puedo ir en el asiento trasero, no me incomoda, en verdad.- sonrió Marina

-Para nada, él tiene razón, yo atrás con las bolsas del gym, además así podremos platicar.

-gracias.- Contesto Marina a Alejandro cuando cerró la portezuela del auto, tras lo cual Omar subió al asiento trasero y Alejandro dio la vuelta al auto para tomar asiento ante el volante.

Fueron a un pequeño restaurante llamado “Burger House”, conocido por servir las hamburguesas más grandes y deliciosas de la ciudad, cuyo dueño conocía a los primos.

-Hola Esteban, te traemos a una amiga, para que pruebe tus hamburguesas.

-Hola Omar y Alejandro, como están, pasen en un momento voy.

-Sentémonos en el rincón. - Pidió Marina

Se dirigieron a la mesa ubicada en un rincón y marina se apresuró a tomar el asiento que daba la espalda a la pared, precisamente esquinado. Omar y Alejandro no dijeron nada simplemente se sentaron uno a cada lado de ella, dejando la vista abierta de todo el local.

Al dirigirse Esteban a la mesa vio la distribución de las sillas y de dio cuenta de que Marina no perdía de vista nada desde su posición, como si esperara algún problema, detrás de él iba una chica a tomar la orden de los recién llegados.

-A ver muchachos, quien es la señorita que trajeron a probar mis hamburguesas y que de ahora en adelante también será mi amiga.

-Ella es Marina, es mi alumna en la universidad pero nuestra instructora en el Dojo de artes marciales que te comenté.

-Mucho gusto Señorita Marina, así que eres tú la que está intentando enseñarle disciplina a este par de incorregibles.- Dijo tendiéndole la mano

- Marina Romanov Sanjuán, el gusto es mío, Señor Esteban.- dijo ella estrechando su mano, viendo por encima de su hombro los movimientos en la puerta del local.

-Tienes miedo de algo niña o te pasa algo, vez mucho hacia la puerta.

-Perdón es costumbre, el vigilar y protegerme las espaldas.

-entiendo, soy ex militar y se lo que es estar alerta, aquí no tienes porque, nadie se atrevería a entrar a mi local a atacar a nadie, no si quiere salir ileso.

-¿cómo te diste cuenta de que estaba algo rara? yo que la veo en la universidad pensé que se escondía en los rincones por manía.- Pregunto Omar.

-vi cómo se sentaron y que no le quita el ojo a la puerta a pesar de que se sentó frente a ella. ¿La posición de Bill Hitchcock?

-así es, nunca le dió la espalda a una ventana o a una puerta, el día que lo hizo lo asesinaron ¿conoce la historia?

-claro que sí, bueno hablando de lo nuestro ¿que te gustaría probar?

-¡dale la del reto especial de la casa! ¿Quiero saber si puede con él?.- Dijo Alejandro rápidamente.

-¡Serás salvaje, acaso quieres matarla de una indigestión!, además de ser muy grande, sabes que lleva mucho picante, ni tú has podido con ella.- Contesto Esteban, burlándose

-A poco es muy grande su hamburguesa, si es para una persona no puede ser muy grande ¿o si?

-es una hamburguesa de un kilo de carne, con todos los elementos además de tocino frito, cebollas caramelizadas con chile habanero, hasta ahora nadie ha logrado terminarla, ya que tiene treinta centímetros de diámetro, como vez es grande y picosa.

- ¿y no la tiene en tamaño normal?

-claro que no, por eso se le llama el reto especial, además de que conlleva un premio el que logra comerla.

-¿y cuál es el premio?- Pregunto curiosa

-Dado que ya muchos lo han intentado y nadie ha podido comerla completa, el premio ha cambiado, ahora es un año de hamburguesas gratis para el ganador y un acompañante, además de su foto en el muro de los campeones, que como vez está vacío.-

-Oye, un año, ¡con eso perderás mucho si alguien logra comerla no!- Pregunto Omar.

- Es más lo que gano con todos los que la pierden tratando de ganar el premio. Además de la publicidad.

-eso es cierto ¿y hasta ahora cuantos lo han intentado? -Pregunto Marina sonriendo

-bueno si vemos la lista de la vergüenza, van setenta y dos aspirantes y ninguno lo logro.

-¿y es muy cara tu reto especial?

-¿Marina, no estarás pensando en hacerlo verdad? Era solo una broma pesada de este tarado y no lo hagas y no lo digo por el costo, lo digo por tu salud.- Dijo Omar

-Me gustaría probar suerte y no te preocupes por su costo yo pago mi cena.

-Yo te invite y no me importa el costo, no me gustaría que enfermaras por lo picante que es y por el tamaño; es un disco de treinta centímetros de diámetro y diez de alto. Eso es mucho para que puedas con ello.

- que perdemos con probar, solo quedar en la lista de la vergüenza y el costo de la hamburguesa.

- ¿en serio deseas intentarlo? si pierdes se cobra la hamburguesa, pero si ganas no la pagas y te llevas tu premio; tú decides.

-ok, nunca he reusado un reto y este no será el primero y para tomar una pinta de cerveza por favor.

-¡mira que tenemos aquí, hasta sabe pedir una cerveza!, claro que tendrás tu cerveza, que marca quieres ¿o la elijo por ti?

-me gustan las alemanas, y las nacionales, pero elije tú

- te traeré una buena cerveza alemana, lo mejor de la casa.

Mientras tanto Alejandro solo observaba a Marina, viendo como tomaba confianza con el Coronel retirado, como si se conocieran de meses y sin mostrar asombro de que hubiera aceptado el reto; él lo lanzo para molestarla, pero ello lo tomo como algo real y no se molestó, simplemente sonrió aceptándolo, ya se estaba imaginando la cara de sorpresa que pondría al ver en verdad lo que estaba intentando comer y como le tomaría el pelo, por perder.

-¿Acaso pensaste que no aceptaría?- Pregunto volviendo el rostro para mirarlo a los ojos

-No creí que lo fueras a aceptar, ¡la hamburguesa es bastante grande!.

-entiendo y ¿que pasa si gano el reto?

-Mmmh no sé qué podría ser tan importante como para arriesgarlo contra el que intentes comerte una hamburguesa de casi dos y medio kilos, solo se me ocurre una cosa. Tu calificación en el semestre, si ganas tendrás diez, si pierdes, será siete, lo suficiente para pasar, claro siempre y cuando pases el examen que este mes vale siete puntos.

-a ver si entiendo si gano me calificaras el semestre completo-

-sí, así es-

- aun cuando pase el examen mensual con siete, me pondrás diez y si pierdo solo obtendré un siete, siempre y cuando lo alcance por mí misma, ¿cierto?

- así es.

- ok entonces para obtener un diez en el semestre completo debo comerme una hamburguesa y sacar un siete este mes en el examen, ¿estamos claros?

-Ya te dije que si.- sonrió Alejandro, imaginando que perdería y que ella tendría que estudiar mucho.

-acepto y recuerda que hay testigo. -Y le tendió la mano para sellar el trato.

-¿que es lo que aceptas linda? -Pregunto Esteban que regresaba con la jarra de cerveza en una mano y un par de botellas en la otra.

-una apuesta personal con Alejandro.

-mmm, ¿no intentaras abusar de la niña, verdad chico? ¡eso no lo permito!

-Nada de eso, Esteban, aposto su calificación del semestre. -Le contesto Alejandro

-No será nada, será el diez más fácil que obtenga este semestre y en una materia tan tediosa como la suya.

-No, será un siete seguro para ti ya que te reprobare a menos que llegues a la marca de aprobado que es un siete.

-aquí llegan sus hamburguesas, chicos y sus cervezas, linda la tuya llegara en unos minutos; disfruta tu cerveza.

Quince minutos después llegaba el propio Esteban con la Hamburguesa de Marina, y le dio un cuchillo para que la cortara.

-¡Dios, sí que es grande!

-¿Te arrepientes del reto?- Pregunto Alejandro sonriendo, mientras bebía un trago de cerveza

-para nada, se ve y huele delicioso, ¡espero que sepa tan bien como se ve!

- toda tuya, linda. -Sonrió Esteban tomando asiento frente a ella.

Marina tomo el largo cuchillo y partió la hamburguesa en varias partes más pequeñas y más fáciles de manipular y comenzó a comer despacio, Alejandro y Omar terminaron sus hamburguesas y pidieron otra cerveza, mientras observaban a Marina comer la gran hamburguesa.

Hora y media después a Marina le quedaba poco por comer y tomo un poco de cerveza, Omar, Alejandro y Esteban estaban seguros ya de que ganaría, pues nadie había pasado de comer media pieza y ella llevaba ya más de tres cuartos y más aun con lo picosa que estaba, pero al ver que tomaba pequeños tragos de cerveza y eso ayudaba a que mitigara el picor.

Alejandro queriendo saber si se sentía bien con la cantidad de comida que había ingerido le pregunto

-¿Estas bien, quieres seguir?

-claro que sí, esta deliciosa, además ya falta muy poco; creo que debí decirte que no había comido en todo el día salvo por un pequeño yogurt y una taza de té, así que, si estaba hambrienta como bien dijiste Omar.- Contesto sonriendo a lo que Esteban estallo en carcajadas.

- por favor que no se corra la voz que para lograr el reto no deben comer en todo el día?-eso me arruinaría.

- claro que no, ese es nuestro secreto- sonrió Marina mientras seguía comiendo su hamburguesa, y dando pequeños sorbos a la cerveza.

Minutos más tarde, Marina estaba dando los últimos mordiscos a la hamburguesa, cuando vio entrar a cuatro hombres del tipo pandillero, sucios y muy escandalosos y pedían cervezas a gritos, por lo que Esteban fue a atenderlos.

-Estén atentos, habrá problemas.- dijo Marina dando el último trago a su tarro de cerveza y acercando el largo cuchillo que había usado para cortar su hamburguesa.

-Problemas ¿de donde sacas eso?- pregunto Alejandro volteando a verla y dejando la botella de la cerveza que estaba tomando en la mesa

-Esos tipos, se pondrán agresivos y uno está armado, ¿Omar puedes irte al baño disimuladamente y con tu teléfono movil llamar a la policía?

-Pero si no ha pasado nada, ¿porque llamar a la policía?

-Omar, por favor has lo que te digo y hazlo ahora.

-Omar, hazle caso a Marina, no te han visto la cara, además de que nos están mirando, por lo que ya se dieron cuenta de que Marina y yo los observamos, ve y haz la llamada ya y no saques el teléfono movil hasta que estés en el baño, así no te verán.

Omar se levantó y tropezando con una silla, se dirigió a los sanitarios, mientras en ese momento uno de los hombres les grito:

-¿Que tanto me vez gorda o es que te gustan los verdaderos hombres y no esa cosa que tienes a un lado?

Alejandro iba a contestar pero Marina le agarró del brazo para callarlo y este volvió a verla.

-Déjalo, no será la primera vez que me llamen gorda, ni será la última.

-Pero…

-Déjalo, por favor-

Marina seguía sujetándolo del brazo y le miraba a los ojos, Alejandro sin apartar los ojos, de su mirada, puso su mano derecha sobra la de Marina y sonrió.

-Está bien, no pasara nada malo, no te preocupes.- y apretó su mano para que lo creyera.

-Si controla al muñeco gorda, así no te quedaras sola, pero estoy seguro que nosotros te haríamos gozar mucho más que el- siguió gritando el pandillero

Alejandro se estaba levantando y con él Marina, que lo seguía sujetando del brazo y hablando con tono alarmado le dijo.

-Por favor cálmate, no les hagas caso, solo están borrachos, sabes que solo me importas tú, por favor siéntate, te pueden hacer daño- quien la escuchara pensaría que estaba a punto de la histeria.

Alejandro la vio y sonrió, sabía que ella estaba actuando, por lo que solo dijo:

-Ustedes porque no dejan de molestarnos y se van de aquí-

-Mira muñeco de aparador, nos iremos cuando queramos y no nos callaremos, porque nos estamos divirtiendo. -Dijo otro de los pandilleros

-Además estamos esperando nuestra comida y más cervezas- dijo otro de los pandilleros

-Aquí están sus hamburguesas y sus cervezas- dijo Esteban saliendo con una charola grande donde traía todo y volviéndose hacia Alejandro pregunto:

-¿les ofrezco algo más?-

-si por favor, tres botellas de cerveza- pidió Marina

Alejandro la miro, ya que ella estaba tomando cerveza de barril y no de botella, pero no dijo nada, solo movió su silla para acercarse más a ella y pasar su brazo por el respaldo de su silla y hablarle al oído.

-Buena actuación, fingir una relación conmigo y sobre todo que soy celoso, eso fue perfecto.

-Gracias, es solo que te quiero fuera del área de fuego, al igual que a Omar.

-¿Área de fuego?- pregunto incrédulo

-Por si no lo notaste, él que te provocaba, es él que está armado y se llevó la mano a la pistola en cuanto te levantaste, ahora dame un beso que nos están viendo.-

-¿Ya estas más tranquila cariño?- le pregunto mientras le daba un beso en la frente

-Si amor- contesto Marina moviendo su cuerpo para quedar más cerca de Alejandro, sin perder de vista a los cuatro hombres y mirando a Esteban que se acercaba con las cervezas.

-Aquí están sus cervezas, ¿terminaron? ¿puedo retirar los platos?- Pregunto Esteban quien asombrado veía como Marina asentía y le contestaba

-sí, gracias, la hamburguesa estaba deliciosa.-

Cuando Esteban estaba por tomar el cuchillo, Marina puso su mano encima y lo miro a los ojos, por lo que trato de tomar las botellas vacías, pero Marina negó ligeramente y por fin Esteban comprendió que solo podía retirar los platos.

Minutos más tarde regreso Omar de los sanitarios y los vio muy juntos y casi abrazados, por lo que iba a preguntar qué pasaba pero Alejandro lo interrumpió

-Te pedimos otra cerveza primo.- y llevándose la suya a los labios le indico silencio

Omar tomo su cerveza e inclinándose pregunto muy bajo:

-¿Que pasa, porque tan juntos?

-actuación, tenemos público- fue la respuesta de Marina en un susurro, llevándose la botella a los labios.

Media hora después con varias cervezas consumidas y sin acabar con sus hamburguesas, los cuatro se levantaron y él que llevaba el arma la saco apuntando a Esteban, los otros tres sacaron largas y filosas navajas y el del arma dijo:

-Bueno basta de juerga, tu viejo danos el dinero de la caja y tú ve por las carteras de esos tres, no olvides relojes, anillos y cadenas- índico a uno de sus compinches

Cuando el pandillero se acercaba a la mesa, fue el momento en que Marina reacciono empujando a Alejandro y tomo una de las botella vacías y se la arrojo a la cabeza al pandillero, dando en el blanco y dejando atontado al pandillero, lo que aprovecho Alejandro para sujetarlo; Y tomando el cuchillo y haciéndolo rotar, lo sujeto de la hoja y lo lanzo con pericia, dándole en el antebrazo al hombre armado por lo que este soltó la pistola, mientras gritaba; otro de los pandilleros se había dirigido al mostrador donde lo recibió Esteban que escondía bajo este un grueso y largo bate de basebol, dándole un fuerte golpe en un brazo y lanzándolo a un lado.

Marina se volteó y tomando el tarro donde había estado tomando cerveza, se lo lanzo a la cabeza al tercer sujeto que se lanzaba contra ella, dándole de lleno, pero sin detenerlo por lo que se preparó para pelear, al ver que no tenía mucho margen de movimiento solo le quedaba aguantar el ataque por lo que se plantó en su lugar pero al final, inclinándose hacia adelante empujo al sujeto pegándole en la cadera con el hombro y sujetándolo de las piernas lo catapulto por encima de su hombro, haciéndolo caer sobre la mesa que ellos habían estado ocupando, en eso se escuchó una sirena y en segundo se vio a un par de policías que no sabían a quién detener.

Esteban tras hablar con ellos, les dijo lo sucedido, por lo que los patrulleros llamaron a la estación y pidieron apoyo y que vinieran los investigadores.

Cuando llegaron los investigadores, recabaron la información de los hechos y las declaraciones de los testigos, así como los datos de Marina, Alejandro y Omar, ya que no solo eran testigos sino que habían evitado un asalto, por lo que el Agente del Ministerio Publico les dijo:

- se les citara para declarar en los próximos días, lo que hicieron fue peligroso y no debieron hacerlo, pero ayudaron a detenerlos, les citare para que declaren en los próximos días por lo que les pediré que no salgan.

-pues mientras sea en los próximos días porque dentro de dos meses salgo del país, voy a un torneo internacional de artes marciales, todo estará bien.

- ¡eso lo dice todo!!! - Comenta riendo el Agente del Ministerio Publico

- ¿Que explica?- pregunta Omar

- El como ella tuvo la buena puntería para darle a dos con un simples botellas de vidrio y al otro con un cuchillo, ¿por cierto de donde lo saco?- pregunto el Agente

- Se lo proporcione yo, para que cortara la hamburguesa del reto, el cual por cierto, supero; felicidades Marina, eres la primera que supera el reto, hay que tomarte una foto para el muro de honor.- dijo Esteban sacando una cámara fotográfica

Esteban les tomo una foto a todos juntos y les dijo que para el día siguiente por la tarde ya estaría la foto en el muro.

Alejandro, Omar y Marina se despidieron, ya pasaba de la media noche cuando dejaron a Marina en su casa, bajaron del auto y Omar le dio su maleta del gym.

-Gracias por traerme a casa, por la cena y por la diversión

-¿cual diversión? espero no te refieras al intento de asalto, porque yo no le veo lo divertido- dijo Omar

-No lo entiendes, lo divertido fue nuestra actuación como una linda pareja para que ellos no se dieran cuenta de que los vigilaba, ¿o no Marina?- comenta Alejandro con una sonrisa

- entonces eso era tanto abrazo y que estuvieran juntos cuando volví del baño-

-¿y que pensabas que era Omar? ¿Que nos habíamos declarado amor eterno? Por favor, sabes bien que Alejandro no me soporta y me tacha de mentirosa, solo piénsalo un poco- dijo dándole un beso en la mejilla a Omar y dando media vuelta se dirigió a la puerta.

- Que no hay beso para mí, yo también ayude con los ladrones- dijo burlón Alejandro, por lo que Marina dio media vuelta y regreso y tras darle un beso en la mejilla a Alejandro se dirigió con paso firme a la entrada de su casa.

-Buenas noches, caballeros, han sido muy amables al traerme- dijo con una sonrisa y les lanzo graciosamente un beso con la mano y entro en su casa.

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