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C5 Cuatro

Capítulo 4

Cuando logré recuperarme por completo del impacto de las palabras de Gabriel, entre al salón

- señorita Smith- llamo mi atención el profesor Jackson- gracias por honrarnos con su presencia, pero creo que debería acomodarse ahora para que sus compañeros puedan seguir aprendiendo- mire mi reloj y pude comprobar que en efecto era tarde.

- lo siento señor Jackson- me apresuré y tomé asiento, el profesor Jackson, Erick, era muy joven. Por eso nos trataba tan recio, apenas nos lleva como cinco años, a mi entender lo hacía para qué lo respetarán a pesar de su edad.

- amo a ese hombre, un día voy a conseguir que me haga caso - Estefanía está enamorada, o eso dice- de él; desde el primer día que nos dio clases, hace más de un año. Pero cada vez que hace un intento con él. Déjame pensar una palabra adecuada, él la declina amablemente, digo esto por ser condescendiente, un día le preguntó que si tenía algún problema de carácter, que para él estaba siendo algo ligera. Todos saben lo que le quiso decircon ese comentario tan mordaz.

- ya deja al pobre hombre- le dije tratando de disuadirla de seguir atosigando al hombre

- todas no tenemos tu suerte- dijo mirando a Gabriel, yo le seguí la vista y él nos saludó con la mano y una de esas sonrisas derrite bragas tan geniales que tiene.- ese está loquito por ti.- puso cara de lástima- otras debemos luchar por lo que queremos

- no tienes remedio- le dije y me reí

- señoritas por favor, si no van a atender a mi clase

Son bienvenidas a retirarse- nos llamó la atención el profesor

- lo siento señor Jackson - se disculpó Estefanía, yo creo que era la única persona con la que lo hacía.

Salimos de la Universidad y ya se estaba haciendo de noche

-¿ahora como regresamos a casa?

- como mismo llegamos aquí- me respondió Estefanía, su humor se estropeó por otro desplante de su amor platónico

- si te pones de ese humor de perros cada vez que el té de un desplante, te vas a poner vieja pronto- le dijo kyla- las llevaría a su casa, pero tengo un compromiso importante- Estefanía y yo sabíamos que era pura basura, ella no ayudaría ni a su madre de necesitarlo, pero daba igual porque no esperábamos nada de ella, se alejó al estacionamiento

- hola vecinas- sentimos la voz de Gabriel detrás de nosotros- ¿quieren un aventón?

- yo si lo quiero- dije sin ni siquiera pensar, mis pies estaban llorando por él estropeó al que los sometí todo el día, ni ellos ni yo estábamos adaptados

- si Gabriel, por favor llévala a casa, yo necesito resolver algo antes de ir- dijo Estefanía, tenía esa cara que pone cuando está más que decidida a hacer algo, la cara que da miedo. Me reí de mi propio pensamiento.

- tampoco es que necesite ayuda para llegar a casa- me quejé de como ella le pidió que me llevara a casa. Estefanía ni me prestó atención, se enfiló, camino al edificio de profesores

- no quiero estar en el pellejo de la persona a la que ella va a ver- dijo Gabriel - sube al auto- yo no el preste atención a su voz autoritaria, solo hice lo que me pidió. Fue el mejor momento de todo el día, sentir mi cuerpo en un cómodo asiento, él se subió y prendió el aire acondicionado del auto

- esto es el cielo- dije, me recosté en el espaldar del asiento y cerré mis ojos- lo necesitaba- mi voz salió melosa por el placer de sentirme a gusto

- me gusta ese tono de voz- dijo Gabriel encendiendo el auto

- ¿qué tono de voz?- abrí los ojos al responder

- el que acabas de utilizar- me miró fijo- puede hacer a un hombre imaginarse muchas cosas- saco el auto del estacionamiento, yo sentía mis mejillas ardiendo.- no te lo tomes a mal, solamente digo la que pienso

-¿por qué crees que me lo tomé a mal?- le pregunté

- es que me estás mirando con cara de susto y tus mejillas están coloradas, tal parece que se les va a prender fuego- la verdad no me lo tomé a mal, pero ningún hombre me había dicho esto antes.

- no me lo tomé a mal

- me alegra escucharlo- volví a cerrar mis ojos - si me gustas- lo escuché y mi corazón dio un brinco, volví a abrir los ojos y lo mire fijo- si me sigues viendo de ese modo, me vas a abrir un hoyo en el rostro. Mejor di algo

- es que no sé que decir, nunca pensé que un hombre como tú, se fijará en mí- le dije, de hecho, ningún hombre se había fijado en mí, nunca

- ¿un hombre como yo?, ¿a qué te refieres con eso?

- ¿Tienes deseos de que te alague?

- para nada- se detuvo en un semáforo - es que en serio no se a que te refieres cuando dices un hombre como yo. Soy de lo más normal. - tenía que estar bromeando para decir eso, el, de normal no tiene un pelo

- eres apuesto - puso el auto en marcha, pero no dijo nada, ni tan siquiera un gesto - agradable, por este auto tan genial. Se ve que tienes dinero.- hice una pausa - a eso me refiero - él se quedó un momento en silencio

- no creo que nada de lo que dijiste sea así - dijo al fin, después de tenerme es ascuas por un tiempo.

- ¿qué crees que no es así? ¿Cuál de las cosas que dije?

- si soy guapo- dijo en tono altanero,yo me reí - tengo espejo en mi casa - pero nada más, ni soy agradable, y mucho menos tengo dinero.

- ¿a no?

- no, espero que eso no me quite la oportunidad de tener algo contigo - cuando dijo esto ya estaba entrando el auto al estacionamiento del edificio.

-¿no entiendo que quieres decir?- detuvo el auto y se giró hacia mí

- Luna, sé quien eres. A lo que estás adaptada; yo jamás sería capaz de darte algo como eso. Soy un simple administrador de un café, si me pude comprar un auto como este- yo lo miraba anonadada- es porque me esfuerzo y porque le debo un montón de dinero al banco. Pero mi cuenta bancaria está casi en ceros.

- me parece genial tu explicación, pero déjame aclararte algo - me molesto mucho que creyera que tenía que darme esta explicación - no me interesa tu cuenta bancaria, y preferiría que no supieras quién soy. Eso nos ahorraría muchos problemas.- tomé mi bolsa y abrí la puerta para irme del auto - cuando te guste una persona, para la próxima - aclaré - aseguraré de conocerla antes de juzgar y creer que debes dar este tipo de explicaciones incómodo - me baje y emprendo camino hasta el departamento que compartía con Estefanía

- Luna espera - me gritó parado en la puerta del auto

- nos vemos mañana en el trabajo Gabriel. No llegaré tarde. - siempre me molesto que las personas me prejuzgaran, pero no pensé que él fuera a hacerlo. Por eso me sentía más decepcionada.

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