C131 CAPÍTULO 131 ¿Quién se atreve a desobedecer mi orden?
Amy fijó su mirada en el coche con el corazón latiéndole fuertemente, sentía sudor en la frente. No tenía sentido irse porque la persona dentro del coche ya debía haberla visto.
Cuando el coche se abrió, sintió como si el corazón se le hubiera subido a la garganta, casi perdió el equilibrio de estar de pie. Una larga pierna apareció lentamente fuera del coche y Amy tuvo que agarrarse el pecho