C25 24
Duncan iba a toda velocidad en su Audi.
Sabía que aquello no era muy sensato, y que estaba abusando de la buena suerte, pero no era capaz de desacelerar.
Ella había quedado llorando, y él había tenido que aferrarse a toda la ira que estaba sintiendo para no retractarse e ir y abrazarla y consolarla.
Y eran los momentos en que más se odiaba a sí mismo