C10 10
Al día siguiente, Zoe llegó temprano a la oficina.
Tan pronto como cruzó la puerta, percibió que algo no estaba bien; los susurros inundaban el lugar.
Al notar su presencia, las caras de sus compañeros se tensaron y el murmullo cesó, dejándola con miradas inquisitivas.
Zoe frunció el ceño y se dirigió a su despacho sin distraerse.
Nada más sentarse, marcó la extensión para llamar a Elsa