C105 Epílogo
Saravi.
Me senté fatigada, tratando de acompasar la respiración al esfuerzo que había hecho para con mi hijo. Así que dejé que Kalil se hiciera cargo ahora.
Zaid corría apresurado por el jardín. Este era su juego favorito desde que cumplió los tres años, le encantaba que su padre fuera tras él, hasta tomarlo de forma brusca y levantarlo en sus hombros