C12 Capítulo 12
No dejo de negar, no dejo de castigarme mentalmente mientras vamos en el carruaje a una casona donde seremos recibidos para una comida. El coche esta literalmente en silencio, cada uno en sus propios pensamientos, y es válido, nadie después de conocer esta realidad vuelve a ser el mismo. Nadie.
—Esta casona es de Nabal Marras —dice Fais, dirigiéndose a mí. El rey parece estar en otro mundo