C92 Capítulo 92
Kalil.
—Tome esto majestad —dijo una dama ofreciendo una tasa hacia mí, mientras mi madre caminaba apresurada y muy nerviosa.
Sujeté la tasa, era café muy cargado. Pero lo necesitaba.
Estaba molido, mi cuerpo exhausto no podía siquiera sostenerse de pie. Amanecí en las calles de Angkor junto a los pelotones, pude hacer frente a varios grupos en compañía de Kader