C29 Capítulo 29
Llegamos a casa y cenamos.
Me dirigí a nuestra habitación mientras el corazón me daba un vuelco, recordando todos aquellos recuerdos agónicos que me daba aquella habitación.
Nos quedamos incómodos en la habitación.
Estábamos perdidos en nuestros propios pensamientos.
Yo, en pavor, que él nunca podrá erradicar. Él, en la penitencia que nunca podré perdonarle