Me Perteneces Pequeño/C7 C A P Í T U L O 6
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C7 C A P Í T U L O 6

CAPÍTULO 6

6. En un aula e Iniciativa.

El menor estaba sonrojado mientras dejaba su mochila en el piso, el mayor se recostó contra la pared y lo miró con lujuria deleitándose con el pequeño desnudándose frente suyo, Ryan se sacó la camiseta y la puso en la silla que estaba a su lado, siguió con la camisa cuando la sacó vio que los pecaminosos ojos de el lo estaban viendo maliciosos, paso a su pantalón desabrochando el cierre para luego deslizar la tela fuera de sus piernas lentamente.

No intentaba provocarle para nada, los nervios estaban que lo mataban, sus manos temblaban no podía dejar de mirar la puerta pues el pensamiento de alguien abriendola y ver lo que se estaba por hacer aquí lo hacían entrar en pánico, se quitó los zapatos para luego seguir con el pantalón agarró cada lado de su bóxer para también sacarlo.

— No — escucho su voz, levantando la mirada notó como se separaba de la pared — Ven acá.

Señaló frente suyo y el menor camino despacio hasta colocarse en el lugar que le ordenó, sonriendo se acercó a el sin poder evitarlo lamio sus labios al ver ese suave cuerpo casi desnudo, levantando sus manos tomó por los bordes el bóxer para deslizarlo sin despegar sus manos de sus piernas mientras descendía hasta estar de cuclillas frente al pequeño.

Quien, mirando hacia abajo noto un brillo malicioso en esos ojos mientras miraba su miembro. Inhalo aire en un tembloroso suspiro, el ambiente se había puesto tensó y a pesar de las circunstancias estaba sintiendo la punzada de excitación que el mayor siempre le da.

Edgar levantándose, estando frente a frente al pequeño su mano tomó al miembro ajeno comenzando a acariciarlo, la imagen de el sonrojado y soltando un minúsculo jadeo lo embobo por un segundo, acercándose dio un casto beso que sobresalto al menor.

Soltó su miembro para tirando de su cintura girarlo y ponerlo boca abajo en el escritorio, deslizando sus manos por aquel trasero tomo cada glúteo los amplió dejando ver su rosada entrada, frunció su ceño al no recordar traer el lubricante, soltándolo dio un paso hacia atrás para empezar a sacar de su cuerpo su saco y desató su corbata, empezaba a sentir calor más dolor en su inminente erección, se puso de cuclillas acercándose a la entrada que volvería a profanar, con su lengua la lubrico.

Ryan se sobresaltó al sentir humedad en esa parte y más al notar que era la lengua de Edgar, no podía creer lo que sentía en ese momento era algo placentero y a la vez incómodo que cuando sintió un dedo entrar en su ano su aliento se cortó, los dedos se movieron con más rapidez pero el placer que recorría su cuerpo era inigualable.

Movió sus dedos de adentro hacia afuera con mayor rapidez, quería tomar ya a su pequeño, no podía soportarlo más su miembro seguía duro desde la mañana y al parecer la paja que se había hecho en su oficina no sirvió para colmar su placer, sino para frustrarlo aún más.

Cuando sus dedos se abrieron paso con mayor facilidad los deslizó fuera, levantándose sus manos fueron directamente a la evilla de su cinturón también quitando el cierre y su botón, los bajo como también el bóxer, con su mano tomó su miembro acariciándose para sisear de dolor, dolía al haber aguantado tanto, escupió en su mano para así lubricar lo largo de su polla y en la entrada del pequeño, no quería lastimarlo.

Tomando sus caderas posicionó la punta en su entrada para poco a poco ver su miembro desaparecer entre sus glúteos, aguantando la respiración Ryan sintió como era llenado con todo su grosor, parecía como si ayer en la noche no hubiera hecho nada con aquel hombre cuando la verdad era otra.

Empujando se metió hasta la empuñadura de una sola estocada y no se detuvo cuando el menudo cuerpo debajo suyo soltó una exclamación, pero noto algo diferente, lo vio extender uno de sus brazos para agarrarse del borde de la mesa y para su sorpresa empezó a moverse contra suyo, sonrió sin poder evitarlo al ver que quería esto y más al darle luz verde.

Inclinándose deslizo su mano por su cadera yendo hacia su miembro pero tomando el lado interno de su muslo derecho para apretarlo con fuerza, el menor soltó un fuerte gemido y se arqueo contra ese cuerpo sobre el suyo, su otra mano fue al hombro del pequeño sujetándose con fuerza lo uso como palanca tomando mayor fuerza, pero una idea corrió por su mente y la mantuvo sonriendo.

Aumento aún más sus embistes haciendo mover y chillar a la mesa como al cuerpo que profanaba, un estremecimiento cubrió su cuerpo y se ordenó correrse, su semen cubrió el ano que quejándose lo recibió con gusto y sin pena salió dejándolo en ascuas.

Ryan sorprendido y excitado abrieron sus ojos para mirar sobre su hombro, asombrado al ver que se acomoda a su ropa apretó sus dientes al entender que lo dejaría con las ganas.

— Ed.....

— Vámonos — apretó sus labios tratando de ocultar su risa, esto sería divertido como placentero, ya podía ver al pequeño refunfuñando por no haber tenido su orgasmo.

— Pe.....

— Ahora — murmuró serio mientras se abrochaba el cinturón.

Apretando sus labios furioso por no haber tenido su orgasmo, se levantó y agachándose tomó su bóxer poniéndolo en su lugar, le dio una mirada llena de odio que el claramente no vio, tomó su pantalón y camisa colocándose la ropa con evidente molestia lo cual sólo hizo aumentar la diversión del mayor, quien estaba completamente seguro que el menor haría lo que sabía que haría.

Caminando hacia su mochila pensó en que esto no se quedaría así ¿El podía tomar su cuerpo como si el de un muñeco se tratase para luego dejarlo con las ganas? ¿¡quién se creía para hacerle eso!?

No, esto no se quedaría así.

Salieron del curso y la anterior vergüenza con la que había entrado había quedado en el pasado pues ahora salía molesto y frustrado, una mala combinación, mientras tanto Edgar con su cara sin reflejar nada estaba que reía como un psicópata al ver como ese rostro se contraía en molestia.

(....)

Cuando llegaron a la mansión ambos bajaron con el silencio como aliado, Ryan sólo podía enojarse cada vez más al ver como el no se fijaba de su ira o tal vez lo notaba pero era irrelevante para el, ambos entraron a la mansión y siguieron hacia la habitación como cuando todo empezó, Edgar delante y Ryan atrás, sólo que el último iba furioso y con frustración sexual.

Entrando a la habitación Edgar escucho como la puerta chocaba con fuerza cerrándose detrás suyo, se giró despacio para escuchar como algo caía al piso y sentir unas pequeñas manos empujándolo hacia atrás, sorprendido abrió su boca cuando unos labios tomaron posesión de los suyos sonrió con triunfo al ver que su plan había funcionado, no hay nada más frustrante como privar del placer de un orgasmo y más cuando eras virgen hace poco y no tienes idea de cómo complacerte a ti mismo, por eso cuando su cuerpo fue empujado hacia la cama se dejó hacer.

Ryan sin dejar de besarlo, movió sus manos quitando todo a su paso, saco, chaleco, corbata, camisa...todo fuera, seguido del pantalón y bóxer hasta dejarlo desnudo pero no dejo de besarlo hasta que el estuvo en las mismas condiciones, se puso a horcadas suyo y agitado se estremeció al sentir su piel contra la suya, sintió sus manos recorriendo su cintura sin dejar de besarlo, llevaba tiempo esperando que el pequeño tomará la iniciativa y se sentía muy bien, bajo sus manos hacía el desnudo trasero que era ofrecido el cual saltó sorprendido al apretar con la suficiente fuerza para darle tanto dolor como placer.

Se sentían tan bien sus manos en mi cuerpo, pensó el menor el cual siguiendo uno de sus ejemplos tomó entre sus labios el labio inferior del mayor tirando y chupando.

— Si pequeño, así — le susurro cuando soltó sus labios pasando a su cuello empezando a dejar pequeños besos.

Se movió en su regazo al notar su erección ser presionada contra su trasero, era un choque delicioso, pero al removerse noto como Edgar siseaba y apretaba su trasero con mayor fuerza y por primera vez sonrió travieso, una sonrisa que sorprendió al mayor, empezó a cabalgarlo, cabalgarlo con fuerza frotándose el uno contra el otro lo sintió tensarse y al sentir que mordida su cuello soltó un gran gemido.

— Ryan — gruño en advertencia Edgar, le gustaba como se estaba comportando pero lo estaba atormentado — Deja de jugar.

Soltó una pequeña risa ante la clara tensión en todo ese cuerpo debajo suyo, decidió complacerlo al apoyar sus manos en sus hombros lo sintió sostener su cintura más algo viscoso recorrer su entrada haciéndolo jadear, se introdujo lentamente pues otra vez había olvidado lubricarlo, pero cierta persona no lo quería lento sorprendiéndolo movió sus muslos cayendo de sopetón y enterrándolo todo de golpe en si, gritó adolorido.

— Joder, Ryan — gimió y gruño deteniéndolo, cuando lo escuchó gritar adolorido — ¿Qué demonios crees que haces? No vuelvas a hacerlo te lastimaras.

Vio que tenía los ojos cerrados y que jadeaba, se preocupó al instante quería que tomará la iniciativa no que se hiciera daño, tomó su cadera levantándolo para sacarse de su interior sentía que lo ahorcaba, se sentía tan condenadamente bien pero el menor no lucia exactamente bien, pero no pudo sacar su miembro pues este lo detuvo al sentir que salía.

— Pequeño levanta...

Pero este lo detuvo presionando sus labios contra los suyos.

— Estoy bien — susurró separándose un poco para elevar sus caderas y descender, todavía dolía pero era soportable, subió su mirada notando que esos grises ojos lo estaban observando.

— ¿Estás seguro?

— Si, sólo debo...tú estás muy...— se sonrojo ante lo que quería decir — Grande.

Divertido ante sus palabras sonrió al ver como sus mejillas se tornaba rojas, no pudo negar lo caliente que lo ponía al verse todo tierno, por eso no lo molesto más y empezó a alentar sus movimientos se movió hacia atrás dejando que el tuviera el control.

— Cabálgame — susurró sobre los labios del menor quien apoyándose en sus hombros empezó a moverse.

Se movió de arriba abajo lo hizo lento pues quería torturarlo por dejarlo en la cúspide y no haberse hecho cargo de lo que comenzó, nunca había visto porno ni mucho menos visto a alguno de sus amigos teniendo sexo, pero había leído libros, libros que tenían sus momentos de copulación, tenía cierta idea de cómo complacer a un hombre siendo el de arriba.

Se movió de adelante hacia atrás sacándole por completo y cayendo de sopetón logrando ver a Edgar cerrar los ojos y gemir roncamente, esa era una imagen que nunca iba a olvidar. Su polla palpitaba gozando ante los movimientos de su inexperto amante ¿inexperto?

No lo parecía con sus malditos movimientos, sabía lo que estaba haciendo el mismo lo había hecho con muchas de las chicas que no le daban lo que quería, él quería volverlo loco del placer y se podía decir que lo tenía en la palma de su mano y no se lo quería decir pero quería que tuviera la suficiente confianza para que en otro momento tenga la confianza para tomar la iniciativa.

Sólo hoy se lo pediría y no tomaría el control de la situación.

— Más rápido Ryan — pidió entre dientes.

No quería gemir, aunque lo tenía en la punta de la lengua, los hombres no gimen sólo gruñen eso lo sabía por completo, pero Ryan gemía de una forma deliciosa y tenía en cuenta que le gustaba como la mierda escucharlo.

Al ver la sonrisa satisfecha del pequeño supo que había hecho lo correcto y más cuando aumentó el ritmo, fue su muerte, movió con mayor rapidez sus caderas a pesar de sentirse un poco cansado del mismo movimiento pero al ver como Edgar gemía sólo avivo su lujuria y movió sus caderas en círculos, subiendo y bajando, Edgar apretó las caderas que se movían con pasión sobre su miembro.

¡El maldito sabía moverse!

Y de qué forma.

Cuando lo sintió besar su cuello sus pensamientos fueron a un futuro cuando lo tuviera de rodillas engullendo golosamente su polla, santa mierda.

Cuando el orgasmo estaba en su punto máximo las caderas de ambos se movieron el uno contra el otro aumentando su placer, ambos gimieron, ambos disfrutaron sus espasmos, y Edgar disfrutó el oír su nombre ser gritado con devoción por Ryan, se escuchaba demasiado bien.

Ryan posó su frente en el hombro de Edgar, ambos jadeaban y se sentían sudorosos, el aroma a sexo se olía en cada transpiración está los rodeaba como una espesa nube de placer consumado satisfactoriamente, algo escurrió de su trasero y sonrojándose Ryan se mordió el labio sabiendo que Edgar se daría cuenta de ello.

Y vaya que se dio cuenta al sentir humedad en sus muslos, ya era mucho semen regado encima suyo pues al pequeño al tener su orgasmo fue dirigido completamente hacia el y por muy extraño que suene no se sentía asqueado, disfrutó ser montado y ese semen era la prueba del delito, soltó una risa al recordar la cara de frustración del menor.

— ¿Qué es tan gracioso? — pregunto Ryan al escuchar su risa, separando su rostro de su hombro lo miró fijamente.

Rodeando con un brazo la cintura de su pequeño amante lo mantuvo quieto, no quería salir de su interior, su otra mano sostuvo su barbilla para que lo mirara a los ojos.

— Esto es lo que tanto quería — le contestó y el menor lo miró confundido.

— Que te.... — se sonrojo de golpe —...ya sabes, esto.

— Que me montaras también — contestó pero sin darle la mayor importancia sólo que Ryan se sonrojo aún más — Pero me refería a que tú tomaras la iniciativa, que cuando tuvieras la necesidad de sexo vinieras y lo tomes de mi, sólo de mi, y yo te lo daré con gusto.

Ryan se quedó callado pues no sabía que decir y recordó lo que hizo al molestarse como desnudo al mayor y el en ningún segundo se negó o resistió, sólo se dejó hacer, como lo beso y luego a que lo dejará mandar hasta que el pidió por más, sus ojos se abrieron sorprendidos, pero ¿no se suponía que el estaba aquí sólo para que el lo fallará? ¿qué no le daría libertad ni tomaría sus opiniones en consideración?

Pero Edgar no, el le daba eso y más.

— ¿Por qué me tratas así?

— ¿A qué te refieres? — pregunto Edgar confundido al verlo tan serio.

— Me tratas...tan bien... — no sabía cómo ponerlo en palabras.

— Te compre y cogí desde el primer día ¿y a ti te parece bien todo eso?

Confundido.

— Pues, yo...¡Dios!...ni siquiera yo me entiendo, sólo que no duele y entonces tú...tú...tú eres diferente.

No pudo no reír al escucharlo tan confundido con sus pensamientos, sabía que las preguntas llegarían en su momento.

— Ven — lo beso en los labios para luego salir de su interior para ponerlo frente suyo, lo vio tambalearse un poco y aun así no lo soltó — Vamos a ducharnos, comer y luego hablaremos.

Ryan se mordió su labio para dudoso asentir, con ayuda del mayor camino hasta el baño con ambos desnudos, no crean que el pequeño Ryan perdió el pudor pero frente a el se estaba acostumbrando a estar desnudo, pero sólo frente a él.

Sólo frente a Edgar.

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