C2 ¿Su hermano pequeño cobró vida por él?"

"¿Cuándo regresa ese doctorcito?" preguntó Zenos con calma mientras avanzaba hacia el vestíbulo privado del club, atravesando un ambiente de luces tenues, música estruendosa, parejas besándose apasionadamente, y cuerpos danzantes y sudorosos. Pasó de largo, indiferente a las miradas seductoras que le lanzaban.

Sus amigos, pensando que una noche de club sería perfecta para que Zenos se relajara y liberara tensiones, tal como sugería el buscador de internet, decidieron llevarlo a uno de los lugares más concurridos de la ciudad. Esperaban que perdiera su habitual compostura, se comportara como el adolescente que era y, con un poco de suerte, encontrara a alguien que captara su interés.

"¡Michael es mayor que tú!" interrumpió Jude, entretenido, provocando que Zenos soltara una risita sarcástica mientras una chica bailarina les lanzaba una mirada coqueta al pasar.

"Debería volver antes de la próxima semana; han extendido su seminario", comentó Sean con serenidad, pelando un plátano. David y Jude solo pudieron negar con la cabeza ante la manía de Sean de comer fruta, sabiendo muy bien que meterse con su fruta era jugarse el pellejo. No les quedó más remedio que reírse discretamente.

"¿No hay rastros?" inquirió Zenos.

"Se han borrado todas las pistas. ¡Es imposible que lo encuentren!" afirmó Jude con un tono grave.

"Qué ruido", se quejó Zenos, quien no daba la impresión de estar en el club para desestresarse. Más bien, parecía estar listo para realizar un estudio de mercado sobre la industria de los clubes nocturnos. Con un semblante imperturbable y movimientos refinados, se dirigió hacia las escaleras.

David no reconocería que tampoco estaba disfrutando realmente, a pesar de lo que prometía el buscador. Preferiría mil veces estar bajo las sábanas con los auriculares puestos a máximo volumen que seguir en ese ambiente. Sin embargo, se prometió a sí mismo no ser el primero en retirarse. "Aguanta. Según el buscador, así es como la gente normal se divierte", se decía a sí mismo, intentando autoconvencerse.

Pensando que esto podría abrir un nuevo camino para su empresa en crecimiento, Zenos comentó: "Entonces, podríamos invertir en el negocio. Investigar..."

"¡Vamos, mago de los negocios Hion! Esta noche no se habla de trabajo; ¡hemos venido a disfrutar!" exclamó Sean con un tono burlón, mientras por dentro se reía para sus adentros. Le lanzó un guiño cómplice a una mujer que devoraba con la mirada su atractivo físico.

Zenos lanzó una mirada gélida a Sean cuando le llamaron por el insípido apodo de Hion. "¡Siempre me he preguntado por qué te cae tan mal Hion!" dijo Sean.

"¡Patético!" exclamó Zenos, dejando a Sean preguntándose si se refería al nombre de la empresa o a su dueño.

El bullicio en el salón privado era más soportable en comparación con el estruendo de la planta baja. Zenos reclinó la cabeza en el respaldo de la silla y cerró los ojos.

Nada capturaba su interés, lo que le hizo desengancharse al instante. ¡Relajarse, qué gran farsa!

De pronto, sintió como si algo tirara de su corazón, lo que le hizo abrir los ojos de golpe. Sus amigos se quedaron atónitos.

"¿Qué te sucede?" preguntó David. Su trago de vodka se detuvo a medio camino hacia su boca mientras observaba fijamente a Zenos por su súbito movimiento.

"¡Nada!" declaró Zenos con su voz imperturbable, provocando un suspiro colectivo en sus amigos. Relajarse no parecía surtir efecto en ninguno de ellos, reflexionaron mientras comenzaban a atender asuntos de negocios en sus teléfonos. ¡Al fin y al cabo, eso era lo más sensato!

De repente, Zenos se sintió inexplicablemente atraído por algo, frunció el ceño ante la sensación desconcertante que invadía su corazón, pero se intensificaba tanto que se puso de pie de un salto y se dirigió al vestíbulo para tener una vista despejada de la gente abajo. Fue entonces cuando divisó una cabellera rubia que, sin lugar a dudas, pertenecía a un chico.

¡Era un chico! ¿Un chico de cabello rubio? ¿Se sentía atraído por un chico? Sus pensamientos se desataron y, al darse cuenta, frunció el ceño. El país no se oponía a las parejas del mismo sexo, y él tampoco, habiendo trabajado con muchas de ellas, pero...

Desde su nacimiento, nunca se había sentido atraído por nadie. Sabía que era heterosexual; simplemente ninguna mujer había capturado su interés, por eso seguía solo. Pero, ¿por qué un chico?

Tanto hombres como mujeres habían intentado seducirlo, algunos llegando al extremo de desnudarse con la esperanza de llamar su atención, pero ninguno había logrado conmoverlo. Sin embargo, este joven rubio no solo lo excitaba, sino que también despertaba una pasión juvenil en él y su corazón latía acelerado, ¡y eso que ni siquiera había visto su rostro! ¡Y pensar que no le disgustaban los pensamientos que inundaban su mente!

El chico pareció notar también la mirada inquisitiva e intensa de Zenos, pues levantó la vista hacia donde estaba Zenos. Esto dejó a Zenos un poco sorprendido.

La ley de la atracción los unía, pensó. Y de repente, lo sintió: ¡ese rubio era suyo! Una sensación de pertenencia se apoderó de él hacia el rubio que nunca había conocido. ¡El rubio solo podía pertenecerle a él! La posesividad de Zenos fluía inconscientemente.

"¿Qué estás mirando?" preguntó Jude. La acción de Zenos los había sorprendido, lo que los llevó a seguir su mirada.

Sin esperar la respuesta de Zenos, Jude comentó, pues también había visto al chico rubio que Zenos observaba después de seguir su mirada. "Está bueno", dijo.

"¡Cállate!" respondió Zenos con molestia. Aunque no había conocido a esa persona, ya no quería que nadie más que él elogiara a esa persona ni que estuviera a su lado. "¿Quién es?" preguntó.

David respondió: "Hayden, el hijo de Ethan. Llegó al país hace seis meses. Su mejor amigo aquí es Andy. Le apasiona la pintura y el diseño..."

"¡Pero si no se parece en nada a Ethan!" interrumpió Zenos.

"Lo que es sorprendente es que la máscara que Ethan sigue perfeccionando e investigando parece piel auténtica. Ese hombre tiene talento", comentó.

"Me pregunto si decidirá compartir la máscara con el mundo. Es prometedora, pero también podría ser peligrosa", intervino Sean, ahora jugueteando con una fresa.

"Sí, también lo creo. Pero nadie sabe, ese hombre tiene una cantidad sorprendente de ases en la manga, especialmente después de que el chico casi fuera asesinado a los 10 años", dijo Jude, saboreando su bebida.

La afirmación de Jude cambió la expresión serena de Zenos a una gélida, perdiendo la calma y apretando la copa de vino con fuerza. "¿A Hayden casi lo matan?" Zenos preguntó con un gruñido, su voz teñida de ira. "¿Quién fue?"

"Es un caso cerrado", replicó Jude con despreocupación. "Nadie lo sabe. Bueno, a menos que le preguntes a Ethan", concluyó. De pronto, un destello de arrepentimiento cruzó su mirada. "Esa máscara es increíble. La que venden en el mercado negro no se compara con la calidad y durabilidad de la de Hayden", expresó con pesar.

"Dicen que la máscara tiene propiedades medicinales. No solo preserva el rostro, sino que también elimina cualquier mancha o cicatriz anterior sin causar irritación. El hijo debe ser la razón por la cual sus padres se adentraron tanto en el mundo de la ciencia", explicó David.

"¿Hayden estaba herido en aquel entonces?" Zenos preguntó de repente, percibiendo algo en las palabras de David.

"¿Probablemente? Los rumores dicen que o era muy feo..." Zenos lo miró con furia y rápidamente se tapó la boca con la mano, pidiendo disculpas, "¡Fallo mío! ¿O que estaba muerto? ¡Error mío!", se apresuró a decir al ver el ceño fruncido de Zenos por la mención de la palabra "muerto".

"Todo el mundo cree que murió en aquel incidente, al caer de la montaña, ¡y Ethan no hizo nada por aclararlo! Qué pena, nadie llegará a saber que cargaba con un pasado tan desdichado. Es desolador", lamentó David con un suspiro profundo.

"Resulta que a Hayden le apasiona el diseño. ¡Me enteré de que él mismo creó su máscara!" añadió Sean con entusiasmo.

"¡Es un talento en toda regla!" exclamó Zenos, sin apartar la vista de cada movimiento del joven rubio.

"¿Te ha cautivado, eh?" Sean captó el tono afectuoso en la voz de Zenos.

"¿Te sientes atraído por un chico y no por una chica?" Jude se volvió hacia él, mostrándose sorprendido.

"¡Un momento! ¿Acaso tu hermanito ha revivido por él?" interrumpió David con una burla.

"¡Idiota!" Zenos había querido responderles antes, pero el comentario de David le hizo reconsiderar sus palabras.