C2 Sorpresa

Perspectiva de Erik

Entreabrí los ojos con suavidad y allí estaba, mi hermosa y pequeña compañera.

Me incorporé en la cama despacio, procurando no despertarla.

"Alfa, ¿estás despierto?" Ian, mi tercer comandante, estableció contacto mental conmigo.

"Sí."

"Hemos detectado un olor y tratamos de descubrir su origen. ¡Son renegados! Y no unos renegados cualquiera. Son de la Cola Furiosa, de la manada enemiga."

"¿Cola Furiosa? ¡Pero si desaparecieron! Exterminé a su alfa hace tiempo." Mis dientes crujieron de ira.

"Lo sé, Alfa. Estoy intentando obtener más información sobre ellos."

"Perfecto, no te apresures." Por esto escogí a Ian como mi tercer comandante. Sabe cuál es el siguiente paso. No es como los demás, que dudan de su capacidad, aunque no sea tan bueno como Vincent. Él es el mejor.

Susurré para mí: "Manada Cola Furiosa." ¿Qué pretenderán ahora?

Me acerqué a mi compañera y me acosté a su lado. Inhalé su fragancia, el aroma más dulce que jamás he olido. Y mientras la olía, me sumí de nuevo en el sueño.

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Perspectiva de Clara

Desperté y vi a un hombre apuesto durmiendo junto a mí. Sonreí al recordar que había encontrado a mi pareja. Las palabras se quedan cortas para describir su atractivo. "Erik", murmuré, con la esperanza de que se despertara. Necesito ir al baño con urgencia. Comencé a acariciar su rostro, delineando su mandíbula. Estaba tan embelesada por su belleza que olvidé mi necesidad de ir al baño.

Tras unos instantes de quietud, el aburrimiento me venció y traté de despertarlo otra vez. "Erik", dije con más fuerza. Él se removió y soltó un gemido grave y ronco. "Erik", insistí, pellizcando sus mejillas. Erik abrió los ojos y entonces pude contemplar el asombroso matiz verde-azulado de su mirada.

"Buenos días, mi amor", dijo él, estrechándome más contra su cuerpo.

Le devolví la sonrisa y me acomodé en su abrazo. "Necesito ir al baño, cariño", le susurré.

"Claro", respondió. Depositó un beso en mi frente y me soltó. Su ausencia se sintió de inmediato.

Me levanté y caminé hacia el baño.

Un minuto después, terminé lo que hacía y comencé a arreglarme.

"¿Amor?" Escuché a Erik llamándome desde fuera, tocando suavemente la puerta.

"¿Mmm?" Contesté mientras me cepillaba los dientes.

"¿Puedo entrar?" preguntó.

Terminé de enjuagarme y me aseguré de no dejar rastro de pasta dental. "Sí, pasa."

La puerta se abrió y lo vi entrar. A través del espejo, seguí cada uno de sus movimientos, observando todo lo que hacía. Se paró a mi lado y empezó a lavarse el rostro. Es tan perfecto; cada contracción de sus músculos es pura seducción. Qué afortunada soy de que sea mi pareja.

"¿Te gusta lo que ves?" preguntó con una sonrisa pícara. Giré la cara, ocultando mi sonrojo. Su risa resonó detrás de mí antes de rodearme con sus brazos. Ahora ambos mirábamos nuestros reflejos en el espejo.

Le sonreí, disfrutando de las chispas y la corriente que su contacto provocaba. Besó mis hombros y dijo: "Mira cuanto quieras, soy todo tuyo, mi vida".

Solté una risa fingida y me giré para enfrentarlo.

"Tengo una sorpresa para ti", anunció, abrazándome.

"¿Y qué será?" pregunté, correspondiendo su abrazo.

"Algo que te va a encantar", dijo Erik, retrocediendo con una sonrisa traviesa. Le miré con curiosidad mientras alzaba las cejas en gesto cómplice. Me reí entre dientes y salí del baño.

"Estoy emocionada, cariño", comenté al cerrar la puerta tras de mí.

"¿Qué crees que será la sorpresa?" preguntó mi loba interior, vibrante de emoción.

"Esperemos a ver, cariño", le dije.

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Perspectiva de Erik

Sentía la mirada de Clara clavada en mí. Era consciente de que no perdía detalle de lo que hacía, y la verdad es que me encantaba esa atención. Tras acabar de lavarme la cara, la miré y la encontré con esos ojos llenos de deseo.

"¿Te gusta lo que ves?" pregunté con una sonrisa pícara. Ella, de inmediato, giró la cabeza para esconder su rubor. No pude evitar reírme ante su reacción. Es tan adorable. Me acerqué por detrás y la rodeé con mis brazos, depositando un beso en sus hombros. "Puedes mirar todo lo que quieras. Soy todo tuyo, amor."

"Ja, ja", se rió con sarcasmo, girándose hacia mí. "Tengo una sorpresa para ti", anuncié mientras la abrazaba.

"¿Y cuál es?" preguntó, correspondiendo al abrazo.

"Algo que te va a encantar", le aseguré, tomando un poco de distancia. Levanté las cejas de forma cómplice y ella soltó una carcajada. Luego comenzó a salir del baño. "Estoy emocionada, cariño", dijo antes de cerrar la puerta tras de sí.

Una vez que Clara se marchó, comencé a prepararme. Cuando estuve seguro de tener todo listo, establecí un vínculo mental con Ian.

"¿Conseguiste algo?" pregunté.

"Sí, Alfa", respondió.

"Perfecto."

"Estoy en camino de vuelta, Alfa. Me comunicaré contigo en cuanto llegue."

"Cuida de ti, Ian."

"Sí, señor."

Tras nuestra conversación, establecí un vínculo mental con Vincent. "¿Has terminado todo?" inquirí.

"Claro, ¿acaso dudas de quién soy?" Podía imaginarlo con esa sonrisa de suficiencia.

"Ja, ja", reí con sorna. "Esto podría alegrar mucho a tu hermana."

"Va a estar eufórica."

"Nos vemos después."

Con eso, abrí la puerta que conducía al vestidor. A la derecha está el espacio de mi pareja y al otro lado, el mío. En el centro, nos recibe un espejo enorme.

Salí de nuestro vestidor y encontré a Clara sentada en la cama, ya vestida.

Ella sonrió y se puso de pie. "¿Vamos?" pregunté, rodeando su cintura con mi mano al instante.

"Sí", respondió. Acto seguido, abandonamos la habitación.

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Perspectiva de Clara

Después de que Erik me mostrara la casa de la manada, nos dirigimos a su oficina. Erik me comentó que estábamos esperando a que llegara mi hermano.

*knock knock*

"Pasa", invitó Erik.

Mi hermano entró en la sala. Sus ojos se fijaron en mí de inmediato, y se acercó.

"¿Cómo estás?" preguntó mientras me abrazaba.

"Estoy bien", contesté, correspondiendo su abrazo.

Se separó y miró a Erik. Por la expresión de sus rostros, supe que estaban comunicándose por enlace mental. Erik se levantó, me tomó de la mano y me guió hacia una habitación al lado de su oficina.

"Echa un vistazo", me animó Erik, empujándome suavemente hacia la puerta.

Al abrir la puerta y ver el interior, descubrí que estaba repleta de libros. Me volví hacia Erik. "¡Sorpresa!" exclamó, rascándose la cabeza y sonriendo con timidez.

Contemplé la habitación, maravillada. Los libros son mi obsesión. "Es perfecto. Gracias, Erik", expresé. Sentí cómo Erik me rodeaba la cintura con sus brazos y apoyaba su cabeza en mi hombro. "Me alegra que te guste, mi princesa".

Miré todo emocionada, ansiosa por empezar a leer. Me giré de nuevo hacia Erik y noté que estaba enlazando mentalmente con alguien, por la expresión en su rostro. Los ojos verde-azulados de Erik se centraron de nuevo en mí. Sonrió y dijo: "Tengo cosas que hacer, cariño".

"Trabaja duro", fue lo único que acerté a decir. Me sonrió una vez más y luego él y mi hermano se retiraron de la habitación. Suspiré.

Extraje un libro, me acomodé en la silla junto a la ventana y comencé a leer "Tainted".

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Perspectiva de Erik

Me invade un alivio total al saber que a Clara le encanta. Le pregunté a Vincent qué es lo que más le gusta y cómo puedo hacer que se sienta en casa, que esté a gusto aquí. También quiero mitigar el dolor que lleva por la pérdida de su manada y sus padres. Al ver la felicidad en sus ojos, mi preocupación se disipó.

"Alfa, he regresado", alguien de la manada me interrumpe, y frunzo el ceño. Parece que tengo asuntos pendientes.

"Nos vemos en mi oficina".

Clara me mira y le devuelvo la mirada. Le sonrío y le digo: "Tengo cosas que atender, cariño".

"Échale ganas", me dice Clara con una sonrisa. Acto seguido, hago una señal a Vincent para que me acompañe. Salimos de la habitación y nos dirigimos a mi despacho, contiguo a la biblioteca de Clara.

Al abrir la puerta de mi despacho, encuentro a Ian ya esperándome. Entro, él se pone de pie y me saluda con una reverencia. Camino hasta mi escritorio y tomo asiento.

"¿Qué noticias traes?" pregunto.

"La manada enemiga se ha fortalecido, pero no lo suficiente para superarnos. Al parecer, un sujeto que lidera un grupo de renegados llamado Klaus ha anunciado que se unirán a la manada Cola Furiosa. No tengo claro cómo se hizo con el puesto de Alfa".

"Entonces, debemos estar alerta".

"Hay más, Alfa", interviene Ian, visiblemente tenso.

"¿A qué te refieres?" Vincent pregunta con un hilo de ansiedad en su voz.

"Ellos son los responsables del ataque y exterminio de la Manada de Luna".

Al escuchar eso, siento cómo mis ojos se oscurecen. Mis dientes se aprietan en un gesto de ira. ¿Cómo se atreven a causarle tal sufrimiento a mi compañera? "¡Acabemos con todos ellos! Han causado tristeza a nuestra compañera", gruñe mi lobo interior.

"Ahora no, Liam, pero se las van a cobrar. Van a pagar por haber hecho llorar a Clara", le contesté con voz ronca.