C1 Capítulo Uno: El vendedor ambulante de pinchos de cordero

En la parte oeste de mercado de los agricultores de la cuidad Zhonghai, los peatones y coches ruidosos iban de ida y vuelta por la tarde. Había todo tipo de letreros mohosos de las tiendas en la calle. El suelo estaba lleno de verduras podridas y agua sucia. De vez en cuando, las luces de neón apagados de algunas tiendas ya estaban encendidas. Bajo el cielo gris habían los trabajadores que estaban volviendo a casa, los niños que estaban saliendo de la escuela, los ancianos que compraban comidas, y los diversos tipos de viajeros que hicieron el ambiente parecer aún más deprimido.

Tal vez en una metrópolis internacional así, este barrio era como una mancha en las corazones de las personas, de lo que les hizo a sí mismo desparecerse, y sólo esperaba que eso nunca hubiera aparecido.

Pero cerca del cruce al lado de una pared baja, había una persona que estaba haciendo algo sin prisa, lo que otros verían como una vergüenza.

Era un joven que llevaba un chaleco blanco, vendiendo pinchos de cordero. Su ropa estaba sucia, cubierta de manchas de aceite. Llevaba pantalones cortos y anchos de color marrón y las zapatillas azules de plástico.

Su pelo era un poco desordenado, pero tenía un rostro atractivo que parecía más mayor que se veía. Si uno lo miraba bien, le parecía que era macho. Pero no importa cómo se veía, cualquier chica que pasaba por aquí ni siquiera miraba a él, porque no era más que un vendedor ambulante de pinchos.

Era un día caluroso. Acabó de poner dos pinchos asados al lado. Fue fácil asar, pero difícil de vender. Aunque cincuenta céntimos por dos pinchos ya era bastante barato, después de un día sólo había ganado unas pocas docenas de yuanes. Era solo suficiente para comer dos comidas.

Sin embargo, el joven no mostró ningún signo de decepción. En su lugar, estaba satisfecho y relajado en sí mismo. Se sentó en su taburete y miró la escena vertiginosa ante él como si fuera el paisaje más hermoso.

"Li, tío, ya es hora de entregarme el dinero que me prometiste hace dos días!" Surgió de repente una voz áspera al lado.

Se Acercaron tres chicos de veinte años como pandilleros. El líder del grupo estaba enjuto con el pelo espinado sobre su cabeza. Tenía un cigarrillo en la boca. Llevaba una cadena de plata por el cuello y los vaqueros con varios agujeros.

Li era un vendedor ambulante que vendía aperitivos fritos, justo al lado del hombre que vendía pinchos. Tampoco había vendido mucho bajo del sol. Estaba allí sentado preocupante.

"Er ..." Li tenía una cara nublosa, "Señores, por favor, mirad, que hace tanto calor, ¿cómo puedo pagarles sin ingreso ..."

"Te digo, Li, no sea un descarado. Si no fuera por la protección de nuestro jefe Feng, tu puesto habría sido destruido hace mucho tiempo." Uno de los subordinados amenazó a Li y lisonjeó al joven Feng.

El matón Feng se sentía orgulloso. Sonrió y palmeó al chico. Luego dijo a Li: "No me importa si lo tienes o no. Tengo que conseguir el dinero hoy. Si no, ¡Te rompo el puesto ahora mismo!" Acabó de decírselo, se recogió un pinco de salchichas. Dio dos bocados grandes y tiró la otra mitad en el suelo.

Li tenía una sensación de impotencia. Se asió al dinero suelto en su bolsillo y quería esperar a que se lo dejaran. Era dinero para comprarle medicinas a su esposa, ¿¡cómo podía entregarlo directamente a estos sinvergüenzas!?

"Se lo entrego a vosotros por él." Se acercó el joven que vendía pincho de cordero y sacó unos billetes viejos de su bolsillo del pantalón. Eran no más de cien yuanes. Se los entregó y dijo con un tono de indiferencia, “Eso es todo. Li ya es mayor y necesita dinero. Tengan la moralidad por Dios.”

El matón entrecerró los ojos y se rio. Cogió los billetes y se los dio a los chicos detrás de él, "Yang Chen, ¿quieres hacerte pasar por una persona buena cuando todavía no has pagado tu cuota?"

Yang Chen frunció el ceño. Pensó por qué estos chicos querían ser una pandilla de la calle en lugar de estudiar. Pero no podía decir nada porque no era su padre. Tampoco quería causar más problemas, pues les dijo tranquilamente: “Vale, mañana. Mañana te los doy.”

"Bueno. No soy irrazonable, así que si cooperamos, me pagáis y os protegeré, es muy justo para nosotros. Voy a volver mañana para recogerlo. " El matón se fue con sus dos subordinados a otros puestos.

Li tenía lágrimas de emoción en aquel momento. Miró a Yang Chen y le dijo, "Yang, no hace falta pagarlos por mi. Me da vergüenza recibir tantas ayudas tuyas.”

"Li, no me lo digas. Cuando llegué aquí, si no fuera por ti, que me ayudaste, no podría tener ningún amigo para hablar. Es una suerte conocerte, por lo que quería agradecerte."

"Que buen chico eres ..." "¿Qué puedo decirte más ...?" Li supo que no podía rechazar a Yang Chen. Dio un aspiro silenciosamente.

Yang Chen se rio. Fue una sonrisa muy ligera pero sincera. No fue afectada nada por el chantaje antes, "Ah, ¿cómo está tu esposa?"

Li le miró con gratitud, "Gracias por prestarme el dinero para la operación de mi mujer. Ahora sólo tenemos que ir al médico de vez en cuando y tomar medicinas."

"Eso suena bueno. Le deseo una pronta recuperación". Yang Chen asintió con satisfacción.

Li sonrió con amargor, "Yang, el dinero que me prestaste, definitivamente voy a revolvértelo. Si no puedo pagarte toda la cantidad antes de morir. Mi hija va a pagártelo ... ..." "Qué pena. Si no fuera por ayudarme, habría sido suficiente para comprar una tienda más grande con aquellos diez mil de yuanes. No hubiera hecho falta vender pincho de corderos ni sufrir ningún día más con la pandilla."

Yang Chen movió sus labios, "De hecho, me gusta mi vida ahora. Vender las brochetas de cordero no está mal. Es un trabajo sencillo y me paga las comidas.

"Quiero decir ..." Li le dijo con insatisfacción, "Yang, que tienes solo 23 o 24 años. Normalmente si los jóvenes con esta edad no están en la universidad seguramente estarán trabajando por un mejor futuro. Ni siquiera tienes una novia. ¿Quieres vender los pinchos de cordero por toda tu vida? Si no tienes prisa, yo sí que estoy poniendo los nervios sólo por mirarte. "

Cuando vio que Li estaba genuinamente preocupado por él, Yang Chen reveló inconscientemente una sonrisa. No era que no estaba preocupado, sino que hunca había pensado en eso.

* *

Anocheció, Yang Chen levantó su puesto. Empujó su carretilla de vuelta a su pequeño apartamento de mal estado.

Era un edificio que estuvo construido no se sabe hace cuántos años. El alquiler mensual no era más de cien yuanes. Era muy barato porque casi nadie quería vivir dentro. Yang Chen, por otro lado, le daba igual si el edificio iba a derrumbarse, lo alquiló.

Los muebles del piso eran muy sencillos, casi todos eran de segunda mano recogidos de la calle que incluían la cama, los armarios, las sillas y un televisor que solamente tenía el único programa, la noticia.

Después de meter todas las cosas del puesto en su cuarto, calculó la fecha mirando el calendario colgado en la pared. Se le ocurrió algo y corrió al baño.

En menos de cinco minutos, después de ducharse de agua fría, salió del baño desnudo. Tenía una figura proporcionada con piel moreno. Tenía músculo, pero no mucho. Si fijamos bien, podemos sentir una belleza masculina oculta.

Andando hacia el armario de madera al lado de la cama, Yang Chen se rascó su cabello mojado. Miró las ropas desorganizadas que estaban dentro del armario. Después de elegir por un rato, se puso una camiseta de color beige, con un par de pantalones ligeros de lino, y las zapatillas de plástico.

Tras salir a la calle, Yang Chen se dirigió directamente hacia el centro comercial del distrito del oeste. También fue la única calle de lujo en aquel distrito en ruinas, que se conocía como la "calle de los bares".

La vida nocturna se llenó de neones y vino. El momento que entró en la calle de los bares, la atmósfera de la ciudad se extendió por todo lado con los vestidos de los mujeres y olores mixtas de perfumes.

Yang Chen no actuó como otros jóvenes que miraban a hurtadillas los pies hermosos de las mujeres hermosas que se les pasaban. En cambio, se dirigió directamente a un bar llamado "ROSE".

El rótulo con neón del bar no estaba muy deslumbrante. El bar que sólo podía ser considerado de tamaño mediano tenía una atmósfera ambigua con las luces en forma de rosa de colores brillantes que adornaron la cartelera.

Yang Chen entró en el bar con familiaridad y se sentó en la esquina al lado de la barra.

“Tío , Chen, ¡estás aquí! "Lo recibió con una sonrisa de entusiasmo y le dio un vaso de agua cuando el joven barman lo vio. Era un barman que llevaba un traje negro. “Señora Qiang Wei te ha esperado para mucho tiempo.”

Yang Chen le dio una sonrisa, cogió el vaso, tomó el agua y le dijo, "Ella está enfadada, ¿No? Llegué a casa tarde, así que llego tarde."

"No, no." Parecía que los granos de la cara de Zhao estaban riéndose también. Le preguntó a Yang Chen en voz baja: "Tío, cuando tengas tiempo, por favor enséñame cómo ganar el corazón de señora Qiang Wei. Todo el mundo sabemos que hay numerosos hombres de Zhonghai están interesados ​​en nuestra jefa. Si se ponen en una cola, será una cola desde el distrito del oeste hasta el mar. Durante tantos años, nunca he visto a mi jefa esté tan interesada en un hombre. "Pero ahora, me ha preguntado por no menos de cinco veces hoy solamente para saber si has venido o no..."

"No lo digas, señora Qiang Wei y yo no tenemos tantas historias románticas como piensas ..." Yang Chen respondió sin poder hacer nada.

Zhao se ponía una cara de "no lo creería en ningún caso" y añadió enseguida, "Ay ...Tío, sinceramente, eres tan frío. Si uno puede tener una novia con tanta belleza como mi jefa, seguramente quería quedarse con ella todo el día. Tú no vienes con frecuencia. En las pocas veces que vienes, le dejas a mi jefa esperándote. Eso es lo que dicen ‘lo mejor es lo que no puedes obtener’. Este dicho será conveniente incluso para las mujeres ..."

Cuando Zhao estaba hablando como un sabio de amor, surgió una voz con sentimiento de digno detrás de él, "Zhao, ¿cuántas más veces crees que puedo bajar tu sueldo?"

Zhao se puso aturdido, como si hubiera sido electrocutado. En el momento en que recuperó sus sentidos, esquivó al lado y continuó pretendiendo mezclar bebidas. Era como si no hubiera pasado nada, pero el sudor frío en su frente mostró su cobardía.

Vestida con vestido tradicional chino moderno y magnífico, salió una mujer joven como si fuera salido de la pintura con pechos grandes y cintura delgada, sus muslos abajo mostraron un encanto seductor. Tal mujer con una cara tan delicada y hermosa andaba hacia Yang Chen, quedando una madeja de pelo violeta en su hombro.

Yang Chen le miró sonriendo a sus ojos sin vergüenza, y dijo con sinceridad: "Señora Qiang Wei, eres tan hermosa. Feliz cumpleaños."