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C3 Lobo inquieto

ALEXANDER POV

Tras enviar el mensaje a mi alfa-beta Daniel, me recliné en la silla sintiéndome más relajado. No tenía intención de revelarle que ya me encontraba en la ciudad y que había pasado los últimos dos días refugiado en una cabaña de madera en las afueras.

Prefería mantenerme discreto para poder evaluar la seguridad de mi manada y la gestión de las cosas durante mi ausencia.

Aunque mi padre estuvo al mando para orientarlos, era consciente de que se había apoyado demasiado en él, y quería comprobar por mí mismo si realmente tenía lo necesario para asumir el rol de alfa-beta.

Esa era la razón principal de mi estancia en la cabaña: observar discretamente y, de paso, tomarme un respiro.

No obstante, ahora me sentía algo confundido, y el anhelo por encontrar a mi compañera se intensificaba con cada segundo que transcurría desde que percibí aquel aroma embriagador.

No lograba identificarlo, pero ese olor cautivador parecía emanar de algún lugar cercano o incluso dentro de la ciudad. Había intentado rastrearlo en varias ocasiones, pero siempre perdía la pista después de unos pocos pasos, lo que mantenía a mi lobo al borde de la desesperación.

Para un lobo, la incapacidad de seguir un rastro olfativo es una gran humillación, ya que es nuestra forma de cazar y proteger a los nuestros de los enemigos.

Mi lobo, mi otra mitad, estaba inquieto y angustiado por no poder descifrar la fuente de ese aroma.

Así es, soy un hombre lobo, y uno bastante poderoso.

Todos en mi manada somos hombres lobo, y no, no es una fantasía; somos reales. Aunque nos integramos naturalmente entre los humanos, nadie ha llegado a sospechar nuestra verdadera naturaleza.

El sheriff de la ciudad, los profesores, algunos estudiantes y muchos otros habitantes son hombres lobo como yo y pertenecen a mi manada. Estamos dispersos por todo el mundo y es difícil distinguirnos de los humanos a menos que decidamos revelarlo.

Necesitaba un respiro de mis responsabilidades como alfa. El trabajo se había intensificado en los últimos días debido a la incursión de lobos solitarios en manadas vecinas y a las constantes demandas del alfa por mi ayuda y consejo, sin mencionar la presión de mis padres para que encontrara una pareja.

A veces me dan ganas de gritarles que me den un respiro.

Pero tampoco puedo culparlos. Después de todo, no soy un alfa cualquiera. Soy su rey alfa, el que se erige por encima de todos. Esperan que tome decisiones cruciales, no solo sobre las manadas y las normas, sino también acerca de sus asuntos familiares. Y un rey alfa sin su luna es como si solo tuviera la mitad de su poder.

Además, estoy ansioso por encontrarla, a mi compañera. Superé la edad para hallarla hace dos años y eso me tiene cada vez más inquieto.

Conozco historias de quienes jamás hallan a su compañera y terminan conformándose con alguien que no les pertenece, a modo de consuelo.

Eso no es lo que yo deseo. Quiero establecerme y tener, no cuatro, sino ocho hijos con ella.

A veces me pregunto cómo será. ¿Será parte de la comunidad de hombres lobo o una humana común?

Es más, los humanos también pueden ser nuestras parejas. De hecho, en la última década, ha sido más común que los humanos sean compañeros de hombres lobo, ya sean mujeres u hombres, que lo contrario.

Parece que la diosa de la luna desea que ambas especies coexistan en armonía.

Me reclino en mi silla, respiro hondo y cierro los ojos, evocando aquel aroma cautivador.

Pero antes de poder relajarme del todo, una ráfaga de viento me azota el rostro y el mismo aroma embriagador me envuelve de nuevo.

Mi lobo interior ronronea de placer y me incita a apresurarme a encontrar a la persona de quien emana ese aroma seductor.

Transformado rápidamente en lobo, me adentro en el bosque, agudizando mis sentidos para seguir la pista del olor. Este se va desvaneciendo con cada segundo y mi lobo se impacienta de nuevo.

Al llegar al lago para calmar mis nervios, descubro que el aroma persiste, y esta vez el rastro conduce hacia el pueblo. Mi lobo empieza a irritarse conmigo.

"Está bien, está bien. Voy a acortar mi período de observación y entraré al pueblo para averiguar quién es esa persona", le dije a mi lobo antes de regresar a la cabaña y transformarme de nuevo en humano.

Parece que las vacaciones han terminado.

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