C6 6. Desconocido

Martes

—Listo chicas, terminamos. Fue un buen ensayo, las felicito —grité para que todas mes escucharan.

Sí, soy la capitana de las animadoras.

Kat se acercó a mí y me dio una botella con agua.

—Estoy muy cansada —se tiró viento con las manos en el rostro.

—Lo hicieron muy bien, me gustaría bailar como ustedes para ser porrista también —Anne se acercó a nosotras.

—Pero tomate tu tiempo y practica, tú sabes que cuando te sientas preparada puedo hacer que te unas a nosotras —besé su mejilla—. Iré a darme una ducha, ¿me cuidas mi celular? —ella asintió.

Pasé por al lado de los chicos que practican fútbol americano, ganando así unos silbidos y uno que otro comentario coqueto.

Entré a los camarines y no había nadie dentro. Tomé mi toalla, entré al baño, cerré la puerta y comencé a sacarme la ropa. Al estar completamente desnuda, prendí la regadera y regulé el agua como a mí me gusta. Ya me había desmaquillado antes de comenzar el ensayo, así que no me preocupaba si me mojaba el rostro.

De repente escuché que alguien había entrado al baño, pero supuse que era alguna de mis chicas.

—Only a genius could love a woman like me —canté la canción de Sia con Labrinth.

—Zoë —fruncí el ceño al escuchar un susurro al otro lado de la puerta—. Soy Xavier, ábreme.

Xavier era el capitán del equipo de fútbol americano. Se podría decir que somos bastantes cercanos, ya deben saber por qué.

—¿Qué haces acá? Tonto, si te pillan te pueden suspender, imbécil—murmuré golpeándome la frente con la palma de mi mano.

—Pero Zoë, me quiero bañar contigo —contestó como un niño pequeño al que no lo dejaron salir a jugar con sus amigos.

No piensen mal, si me he bañado con Xavier algunas veces, ¡pero nunca ha pasado nada más que unos besos!

Si, muchos pueden creer que soy una zorra, pero la verdad yo solo me beso con los chicos. No tengo sexo con cualquiera.

Resoplé y le abrí. Entró rápidamente, se sacó la ropa y la dejó colgada donde no le llegaba el agua.

Se acercó a mí, me dio un beso en los labios y me abrazó por la espalda mientras el agua caía sobre nuestros cuerpos.

—¿Puedes creer que mi amigo ya no se despierta al verte desnuda? Ya estoy acostumbrado —rió.

—Ay, cállate —le di un codazo en su torso.

—¿Sabías que eres muy pero muy hermosa? —preguntó sonriendo.

—No empieces con las cursilerías, Xavier.

Salí de los camarines como si nada, Xavier se había ido unos minutos antes.

Ya no quedaba casi nadie en la escuela, a lo lejos vi a Anne y Kat, así que me acerqué a ellas. A Kat no le gusta ducharse en el colegio, dice que lo encuentra incómodo.

—Me tengo que ir, mis padres hoy se van a Nueva York por trabajo y me quieren ver antes de irse —bufé.

—Tendrás la casa sola, ¿se viene alguna fiesta? —Kat subió y bajó sus cejas.

—Puede ser —sonreí traviesa—. Las quiero —abracé a las chicas.

—Nosotras a ti.

Mamá estaba como loca caminando de un lugar a otro viendo si se le había olvidado algo para guardar en las maletas.

—Cuídate mucho, por favor —papá me abrazó—. Estaremos acá en unos días, no sabemos cuántos exactamente pero ahí te estaremos avisando.

—Tranquilo papá, no es primera vez que se van de viaje.

—Llegó el taxi —mamá avisó, se acercó a mí y me abrazó—. Te quiero, cuidado con quien traes a casa, traviesa.

Fulminé con la mirada a mi madre, le mostré mi lengua y los fui a dejar afuera, tomaron el taxi y se fueron.

Me quedé sola, solin, solita

Cerré la puerta a mis espaldas y me dirigí hacia el sillón para ver Gossip Girl, bueno, al menos eso pensaba hacer, pero no pude. Abrí lentamente los ojos y miré la hora, eran las diez y estaba bastante oscuro.

¿En qué momento me quedé dormida?

Me paré con dificultad del sofá, me dolía la espalda horrible. Caminé hacia la cocina para prepararme algo de comer, pero paré el paso al ver de reojo a alguien.

Mierda, mierda y mierda

Miré para atrás y di un grito al ver a un chico, un chico totalmente desconocido. Se acercó a mí rápidamente y cerré los ojos por miedo.

¡Cobarde, corre o golpéalo!

Me tapó la boca y me miró fijamente a los ojos.

—No grites.